Cinco historias en una.
Varios chicos se conocen en unas circunstancias un tanto peculiares y todos terminan viviendo bajo el mismo techo.
M-preg
Charlie- seme Babe- uke
Pete " Way "
Alan " Jeff "
...
El regreso a casa del piloto y el auxiliar fue muy esperada y celebrada por sus seres queridos, quiénes esa tarde de domingo respiraron aliviados en cuanto les vieron cruzar la puerta de embarque sanos y salvos.
...—Hermano, oh joder menos mal que no te ha pasado nada, estaba tan preocupado, te quiero tío—dijo Kim nada más tener a Alan entre sus brazos—…no vuelvas a darme un susto así o te mataré yo mismo.
El piloto asintió abrazandolo con fuerza.
—Ya no voy a volar más, tranquilo... voy casarme y a trabajar en la empresa de papá
Este cogió la mano de su novio, el cual estaba abrazado a una más que emocionada Lyn y se la besó.
—¿Otra boda?—habló Babe entusiasmo—…me encanta.
—Gracias a Dios que estáis bien—dijo entonces Charlie abrazando a su primo—….Felicidades
—¿Cómo otra?—preguntó Jeff mirándolos.
Sonic y North se acercaron entonces a saludarlos.
—Hola amigo, me alegro de verte y muchas felicidades también—habló el monitor sonriendo al piloto—…¿crees que el wedding planner nos hará descuento?
Alan abrazó a este, luego a North y por último besó al auxiliar en los labios.
—No lo sé pero yo quiero casarme cuanto antes
Way y Pete que estaban más atrás se miraron pues ellos no habían hablado nada de eso y su contrato pronto vencería.
El castaño se había conformado durante meses con esa situación pero realmente estaba seguro de que el fotógrafo lo amaba, a pesar de que este intentaba disfrazarlo de solo sexo.
Sin embargo, al parecer todos estaban consolidando sus parejas y él también quería eso, por lo que aunque lo había pospuesto, estaba pensando en que pronto tendría que darse esa charla entre Pete y él el.
Tras terminar de saludarse todos, salieron de la terminal para ir al apartamento y subirse a los coches y así, emprender rumbo a Villahermosa, dónde Kenta, el único que no había acudido al aeropuerto, estaba encerrado en su habitación para variar.
Este seguía totalmente sumido en su tristeza por no poder recordar nada de su vida, ni tampoco de Kim y también por estar postrado en una silla de ruedas con sus piernas paralizadas.
A pesar de que Kim contrató a un fisioterapeuta, el cual acudía cuatro veces por semana para ayudarle con su rehabilitación, en numerosas ocasiones este tenía que ejercer también de psiquiatra para intentar primero convencerle de hacer los ejercicios y cumplir así con su cometido.
Casi siempre, Winner se lo encontraba llorando o lo terminaba haciendo, ya que estaba muy molesto con el mundo que lo rodeaba y consigo mismo, así que con el paso de los días ya estuvo más que acostumbrado a las rabietas del hermoso modelo.
...—¿Qué es lo que te ocurre hoy?, ¿Una vez más odias el mundo?—preguntó el mayor tras entrar en la habitación y encontrárselo sollozando cabizbajo.
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