5. AMIGOS - CharlieBabe / AlanJeff/ PeteWay/ KentaKim Etc... Terminada

Treinta y seis

Kenta se quedó dormido, luego de haber estado llorando durante un largo tiempo pues ver a Pete divirtiéndose durante toda la fiesta, mientras él había estaba hecho una mierda, había sido como una más de sus torturas.

Aún así, eso no le había dolido tanto como el hecho de tener a Kim a pocos metros y sentir su mirada de odio, mientras le veía beber sin parar.

Tras sumergirme en los brazos de Morfeo, el joven modelo estaba teniendo un sueño muy extraño, producto de su desolación, las circunstancias en las que estaba viviendo y el alcohol que había bebido.

De repente, este notó un extraño peso sobre él, por lo que abrió los ojos y aunque estaba a oscuras, la tenue luz de la luna en la ventana, le hizo distinguir claramente que era Kim, a quién tenía encima, mirándole fijamente.

...—¿Q-Qué e-estás haciendo a-aquí?—preguntó con asombro.

El mayor no dijo nada, tan solo sonrió de forma burlesca y acto seguido atrapó sus labios, en un fortuito beso, lleno de rabia y desesperación.

Kenta siguió el beso pues lo amaba, aunque le parecía raro, después de notar toda su indiferencia durante días.

Cuando el aire les faltó, Kim volvió a mirarle.

—¿Po-Por q-qu...

El mayor no dejó que este hablase de nuevo pues le puso la mano en la cara, entonces soltó una amarga risa, con la que el más joven, pudo distinguir que además este estaba llorando.

—¿Por qué tú?—preguntó el mayor en un susurró—...¿Por qué me haces esto?

El más joven lo miró con confusión pues no sabía a lo que se estaba refiriendo.

—¿Qué es lo que estoy haciendo?

Kim se acercó entonces a su oído.

—¿Por qué me tratas así?, ¿Por qué te comportas como un cualquiera cuando sabes que yo te amo?

Kenta no tenía ni idea de a lo que se estaba refiriendo este pero aún así, sus palabras le hacían daño.

—Estás muy bebido, Kim ...deberías irte a dormir. Hablaremos mañana cuando estés sobrio

—No—negó el mayor con rabia—...quiero que me digas porqué otros y yo no, porqué me rechazas y sin embargo respondes a mis besos

Kenta quería gritarle que era prisionero de una mala decisión, la cual había tomado en un momento de desesperación pero no podía, tenía prohibido revelar esa información.

Además, tampoco quería sentir más odio por parte del modelo del que estaba recibiendo, ya que si este se enteraba de que era sumiso del fotógrafo y debía tener sexo duro con él hasta que finalizara el contrato, sería inevitable que lo aborreciera.

Sabía que era una cosa difícil de digerir para cualquiera, aunque no le importaba si las demás personas se enteraban de cómo era su vida, creía poder soportar los rumores y chismes a sus espaldas pero no se podía imaginar el seguir viviendo, sabiendo que Kim sabía de su doble vida.

Kenta entonces estiró el brazo y encendió lamparita de la mesilla.

—Lo siento, y-yo no....

—Shssss....—le susurró el mayor tapándole la boca—…no quiero que me digas que lo sientes porque no te creo, sino no seguirías haciendo eso, ¿Qué pasa?, ¿Acaso crees que no podría pagarte?, ¿Qué tienen esos hombres que no tenga yo?

El joven modelo no estaba entendiendo una sola de las preguntas de las que este le estaba haciendo, ni tampoco a que se estaba refiriendo con lo de "otros hombres".

El mayor le sacó la mano de la boca y entonces comenzó a besarlo por toda la cara y el cuello, mientras seguía llorando.

—Kim, por favor no hagas esto, debes irte—dijo temeroso de que al fotógrafo se le diese por aparecer.

—No, yo quiero que seas mío, quiero tenerte también—se negó el mayor mientras seguía besándolo con desesperación.

A Kenta le partía el corazón verlo así pero no podía hacer nada pues no quería terminar en la calle o incluso en la cárcel, si Pete cumplía sus amenazas, por lo que aunque lo amaba como nunca había amado a nadie, con todo el dolor de su corazón tuvo que rechazarlo una vez más.

-Vete, por favor—dijo empujándolo con todas sus fuerzas—... vete ya, entre tú y yo no puede haber nada

El mayor entonces se limpió la boca jadeante mientas lo miraba con furia.

—Eres una maldita zorra—dijo este producto de su exasperación—…no vales nada

Tras decir eso, caminó hasta la puerta y lanzó una última mirada de odio al confuso Kenta, quién seguía sin entender porqué le hablaba de ese modo.

—Lo siento es que y-yo...

—Déjalo, ya entendí y desde ahora ya no quiero saber nada más de ti — habló este con resentimiento, antes de salir por la puerta—...ah y te agradecería que cuanto antes te largues de aquí y te lleves toda tu mierda...en esta casa seremos muchas cosas pero no somos unos asquerosos depravados

Tras cerrarse la puerta, el joven modelo rompió a llorar sobre la almohada pues todo lo que el mayor había dicho sobre él le dolía enormemente, aunque no sabía exactamente a lo que se refería.

De repente, detuvo su llanto y miró de nuevo a la puerta recordando todo lo sucedido, ya que le pareció que Kim le había hablado como si supiera algo del contrato con Pete o incluso algo peor, como si creyese que era un vulgar prostituto, que se acostaba con unos y otros.

—No, no puede saberlo—negó finalmente—…él no podría, es imposible pero entonces, ¿por qué me habla así?, ¿Por qué me dijo que si su dinero no me bastaba?, no puede ser todo producto del alcohol

Este se sentó en la cama y acto seguido se cogió la cara entre las manos.

—Oh Dios...¿Y qué voy a hacer ahora?, él no me quiere aquí y tendré que irme pero no puedo hacerlo, no sin Pete

El joven modelo volvió a tumbarse en la cama y siguió llorando hasta que ya no le quedaron lágrimas pues realmente odiaba su vida, nada le salía bien.

Parecía como si el destino le estuviese castigando por su pasado y por debilidad pero él lo había hecho todo por su sueño, un sueño como el que podía tener cualquier mortal.

Quería ser alguien en la vida y vivir feliz el resto de ella, sin pasar necesidades, tranquilo y junto al hombre que quisiera compartirla con él.

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