Buzz es un joven que busca trabajos para aportar para el orfanato en el que crecio, a medida del tiempo se va involucrando en situaciuones que ponen en juego su vida y aquellos a quienes ama.
Debe tomar desiciones en medidas inprevistas por mas esca...
Sari se encontraba en medio de la construcción de una pequeña cabaña de madera, un refugio donde podría acampar en soledad. Aunque el pueblo cercano le ofrecía la posibilidad de comprar carnes y otros suministros para subsistir, y había lugares donde podía rentar un espacio para pasar las noches, ella prefería mantenerse alejada de la gente. Sin embargo, había un lugar por el que siempre pasaba: el orfanato. Sin voltear, sin mirar directamente, pero siempre pasaba por ahí. Los sonidos de los niños jugando le traían recuerdos de momentos felices con su hijo y su esposo.
Una vez que su cabaña estuvo establecida, Sari continuó trabajando como mercenaria, cazando a los criminales buscados por la ley. Como asesina, se imaginaba el rostro de Anrow, pensando en mil maneras diferentes de matarlo. Las acciones de la Golondrina Carmesí, como se le conocía, llegaron a oídos de personas que querían a alguien muerto, lo que incrementó su fama.
A pesar de ocultar su rostro tras una máscara, siempre la relacionaban como la Golondrina Carmesí. Los amigos de Sari escuchaban de la golondrina carmesí por rumores, pero jamás creyeron que sería ella, o no quisieron creer. Sari no volvió a contactarlos, pues no quería que la vieran escoger este camino. Pero no hacía esto en vano, también hacía lo suyo para investigar sobre desapariciones semejantes a aquella vez. Aunque no tuviera relación directa, ella aceptaba ese tipo de trabajos para deshacerse de los responsables.
En una ocasión, Sari estaba apuñalando a un hombre que secuestraba a mujeres para traficarlas como esclavas. Después de matarlo, procedió a liberar a las víctimas. Su cliente estaba insatisfecho, ya que él esperaba que si su objetivo estaba muerto, él podría usar la mercancía.
Sari se encontraba frente a la oficina de su cliente, esperando el pago.
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—Cumplí mi parte —dijo Sari.
—Se nota que no fui específico, por ello no me gusta trabajar con mujeres, tómalo y lárgate —dijo su cliente, pagándole.
—¿No tienes algo más que entregarme? —preguntó Sari, tomando el fajo de billetes.
—Ah, sí, he oído que hubo desapariciones recientes en Jandoc, la mayoría se trataba de jóvenes. Es lo que tengo, seguro que encontrarás otro cliente allá seguro —dijo su cliente.
—No busco un cliente, tal vez, ¿nada más? —preguntó Sari.
—Te he dicho lo que sé, haz lo que quieras —respondió el cliente.
—Bien, haré lo que quiera entonces —dijo Sari, empuñando su pistola.
—¡Espera!, ¡¿QUÉ HACES?!... —reaccionó el cliente.
—Ibas a tomar el manto del tipo que maté, ¿cierto? Además, haré lo que quiera, como dijiste —respondió Sari, disparando a la cabeza de su cliente.
Los guardias que escucharon el disparo, entraron y empezó una contienda.
—Espero que esa información me lleve a algo importante, de no serlo al menos acabé con una porquería —pensó Sari mientras peleaba contra los guardas de su anterior cliente.