Buzz es un joven que busca trabajos para aportar para el orfanato en el que crecio, a medida del tiempo se va involucrando en situaciuones que ponen en juego su vida y aquellos a quienes ama.
Debe tomar desiciones en medidas inprevistas por mas esca...
En un campo de batalla, una mujer de cabello gris se encontraba rodeada por diez hombres armados. Desarmada y de pie, lucía un traje de combate que resaltaba su figura esbelta. Extendió los brazos hacia arriba mientras Can, su fiel seguidor, la observaba desde la distancia.
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—Muy bien, ¿por qué no han empezado aún? —preguntó Darla con expectación.
Los hombres procedieron a atacarla simultáneamente. Ella comenzó a esquivar los ataques con agilidad y, con una fuerza sorprendente, tomó un palo que utilizó como arma para derribar a sus adversarios. En un abrir y cerrar de ojos, sus rivales yacían en el suelo, adoloridos.
—Mmm... quizás la próxima vez lo intente contra diez, es difícil encontrar buenos rivales —comentó Darla con un tono de decepción.
Observó a su hombre intentando levantarse mientras se tronaba el cuello.
—Parece que esos nutrientes en tus platillos exigentes dan sus frutos —dijo Smile, entrando por una puerta.
Darla sonrió con ironía antes de responder —Como mucho, así que debo hacer mucho ejercicio. No quisiera perder mi figura. Además, pelear me da seguridad. ¿No quieres intentarlo?
—Solo vine para informarte que tu oso a domicilio llegará en breve —respondió Smile.
—Oh... esas son buenas noticias. Pero ahora estoy intrigada en probar tus habilidades —dijo Darla, acercándose a pasos lentos.
Smile levantó la cabeza y separó un poco las piernas —¿Acaso piensas ponerme en tu platillo si me opongo?
—No lo sé, depende —respondió Darla con confianza.
Los hombres que se habían levantado notaron el ambiente y se alejaron del área.
Smile y Darla se miraban frente a frente. Smile era más alto que Darla, pero ella no se inmutó.
—¿Y bien?, ¿qué dices? ¿Sicario sonriente? —preguntó Darla de manera retadora.
Smile retrocedió un metro de manera rápida, manteniendo una guardia. Al mismo tiempo, Darla también se puso en guardia, aún con confianza, mientras tomaba dos de los cuchillos que habían dejado sus hombres. Smile desenfundó dos de sus cuchillos igualmente.
Smile y Darla corrieron el uno contra el otro hasta que los cuchillos chocaron. Se podía ver la agilidad y brutalidad de ambos, rodeados de las chispas del filo de sus cuchillos que impactaban cada vez más fuerte.
Los hombres que no habían sido rivales para Darla veían cómo un sujeto enmascarado les ponía en ridículo al pelear al ritmo de su jefa.
Smile atacó a los pies de Darla, pero ella se cubrió con sus propios pies para proceder a atacar con sus cuchillos, de los cuales Smile se cubría. Smile arremetió de vuelta con ataques hasta que ambos mantuvieron ambos cuchillos el uno contra el otro, empujándose frenéticamente.