EL LOBO NEGRO

Capítulo 21: La Golondrina Carmesí (parte 2).

Una batalla se estaba gestando en la planta alta de la cámara del enorme cristal carmesí. Denis apoyaba a Sari, su objetivo era volar este lugar y ganar el dinero prometido. Sin embargo, los motivos de Sari eran más personales: matar a Anrow, el responsable de la muerte de Gratus, el hijo de Sari y Droto, su esposo. Anrow, por su parte, estaba resentido por el daño que Sari le había causado en el pasado. Estaba obsesionado con la Golondrina Carmesí, confundiendo su obsesión con amor. Vio en ella a una alma gemela, pero sin darse cuenta, mató al hijo y al esposo de la Golondrina Carmesí.

A pesar de tener dos contrincantes dándole batalla, Anrow mantenía la calma. Más guardias llegaron para apoyar a su jefe. Sari y Denis notaron que estaban acorralados.

—Te los dejo —dijo Sari, lanzándose para pelear contra Anrow.

—De acuerdo, socia —respondió Denis, enfrentándose a las oleadas de enemigos.

—¿Así que socia, eh? Veo que necesitabas un compañero después de tu pérdida, ¿verdad? —dijo Anrow mientras repelía los ataques de Sari.

Denis escuchaba todo esto mientras luchaba, entendiendo que estos tipos tenían un pasado. Sari continuaba peleando contra Anrow, esquivando un disparo de él que le dio a uno de sus guardias. Pero Anrow logró golpearle el estómago. A punto de apuñalarla, ella bloqueó su cuchillo. Anrow volvió a golpearla en el rostro y la tomó del cuello para arrojarla por la ventana, rompiendo el vidrio de la misma. Sari logró sujetarse de un riel que iba directo a la cima del enorme cristal.

El riel era lo suficientemente grueso como para caminar sobre él. Una vez que Sari se puso de pie, vio que conducía al cristal. Recordó que tenía explosivos lanzables en su inventario, así que no lo pensó dos veces y corrió hacia el cristal. Esto no le agradó a Anrow y se propuso perseguirla, librando un combate sobre ese riel mientras Sari trataba de acercarse al cristal.

Mientras tanto, en la superficie, los soldados que llegaron por la situación en la comisaría fueron recibidos por disparos debido al incidente del almacén. Se libró una batalla que hizo que guerreros del enjambre y civiles armados atacaran a los soldados, que se vieron forzados a responder a los ataques.

Volviendo al subterráneo, Denis, con un ágil movimiento, ejecutó a los dos últimos guardias que quedaban. Pero una vez que vio al suelo, notó que se venían más oleadas. Así que tomó una galleta que tenía guardada para comerla y luego de comer, un bidón de agua para refrescarse. Se preparó para otra oleada mientras tomaba un rifle de uno de los cuerpos. Luego, al escuchar que se venían los guardias, lanzó una granada a la puerta y al alejarse, apuntó con el rifle para cubrir la puerta. Una vez que estalló, mató a los guardias que venían delante, pero los de atrás procedieron a seguir siendo abatidos por los disparos de Denis.

A Sari le quedaba poco para llegar al cristal. Logró poner una granada en una de las bases del cristal, lo que no le gustó a Anrow.

—¿Qué haces? ¡ESO NO! —gritó Anrow mientras seguía atacando a Sari.

Anrow trataba de mantenerla en ese mismo lugar para que la explosión tuviera efecto sobre ella, con la esperanza de que esto no causara daño al cristal. Sari procedió a huir. Al momento de la explosión, esto causó un breve temblor. La explosión no tuvo daño más allá de estremecer el cristal. Esto llamó la atención de Denis, quien corrió hacia allá después de arrojar a los últimos guardas por la ventana, cayendo al suelo.

La idea original que tenía Denis era colocar explosivos que él poseía, tan potentes que podrían derrumbar un edificio de tres pisos, algo que una simple granada no podría lograr. Mientras tanto, Sari se sujetaba del enorme cristal carmesí, preparándose para volver a enfrentarse a Anrow. Ambos intercambiaron golpes a mano limpia. Sari logró acertarle una patada, pero Anrow respondió con una patada al abdomen y luego un puñetazo al rostro. Luego, sujetó la cabeza de Sari y procedió a golpearla. Tras dos golpes, Anrow fue sorprendido por Denis, quien lo apuñaló en las costillas. A pesar de la herida, Anrow pudo moverse y rápidamente procedió a correr.