EL LOBO NEGRO

Capítulo 38: bestias salvajes.

Buzz y Jana se encontraban en la misma cueva de goblins que habían visitado anteriormente.

—Bien, haz lo tuyo —dijo Jana a Sadain.

Sadain lanzó un pergamino que se desenrolló, revelando dos pedazos de madera en cada extremo. Las letras y símbolos en el pergamino brillaron intensamente, generando una explosión que quemó la piel de los goblins que estaban cerca de la hoguera.

Con pistolas en mano, Buzz y Jana aprovecharon la sorpresa para acabar con los goblins.

—¡Las embarazadas están ahí! ¡Y cuidado, tienen uñas largas! —advirtió Buzz a Sadain.

—¡De acuerdo! ¡Con esto puede bastar! —respondió Sadain, lanzando otro pergamino que terminó explotando.

Retrocediendo a esa mañana, Sadain había compartido su historia.

—Fui criado por un sabio. Los sabios venden pergaminos que contienen hechizos como en antaño. Me enseñó cómo hacerlos, pero es bastante difícil. Así que, como mi futuro se iba a tomar algo de buscarme la vida, escogí algo que pudiera ser útil para completar trabajos a base de fuego o explosivos. Puedo crear hechizos para generar una ola de fuego, o pergaminos explosivos, pero me cuesta fabricar uno tras otro. Más o menos me toma hacer cuatro al día —explicó Sadain.

—Mmm... curioso, suena bastante bien —comentó Buzz.

—Sí, suena bien, pero si lo piensas en retrospectiva, es más rentable pagar por granadas. Es prácticamente lo mismo que usar una. ¿Sabes? Debería haberme replanteado que me enseñara una de adrenalina, aunque para ello hay inyecciones y demás —reflexionó Sadain.

—Por el momento suena adecuado. ¿Qué tan potentes son? —preguntó Jana.

—¿Ah? Pues te sería más rentable comprar más granadas. Solo llegan a incendiar alrededor, pero el impacto es como el de algún petardo o molotov —respondió Sadain.

—Mmm... en ese caso no causará daños en caso de estar en una cueva —dijo Jana.

—Sería ideal. Lo más importante, ¿sabes pelear? ¿O sabes usar un arma? —preguntó Buzz.

Sadain solo sonrió y puso en la mesa su pistola de cuatro tiros y un cuchillo corto curvado. Buzz y Jana se miraron mutuamente y compartieron una sonrisa.

Volviendo al presente, estaban purgando a las goblins hembras, notando un gran número de restos humanos y varios goblins bebés devorando lo que había en ese montón.

—¡Son los desaparecidos! ¡Maldición! —exclamó Sadain, disparándoles a las goblins hembras mientras lanzaba otro pergamino a una puerta donde se escuchaban a goblins llegar. Buzz y Jana seguían disparando, cubriendo a Sadain.

—Puede que no me acostumbre a este tipo de aventuras nuestras —dijo Jana.

—Eso lo hace interesante, ¿no? —dijo Buzz.

Después de una ruidosa contienda, Buzz, Jana y Sadain, con cuchillo en mano, remataban a los goblins que quedaban.

En algunos rincones, algunos goblins intentaban emboscarlos con algunos rifles. Sin embargo, la reacción de los jóvenes aventureros era más rápida, además de que los goblins eran pésimos en la puntería. Se acercaron a un espacio en donde notaron a varios goblins peleándose por cargar un rifle, jalándolo por ambos lados. Un goblin apretó el gatillo por accidente y le disparó al otro goblin que tiraba del otro lado. Los goblins solo se rieron del goblin que estaba desangrándose, mientras que otros dos goblins se le pusieron encima para despedazarlo, cometiendo el acto de canibalismo.

—Qué horror —dijo Jana, empuñando su pistola.

El goblin con el rifle recibió un tiro en la cabeza por parte de Jana. Los demás goblins recordaron que estaban siendo atacados, pero fueron abatidos por las balas de los aventureros.