HERENCIA OSCURA [2]

CAPÍTULO XVIII

-Sí, sólo un verdadero Gryffindor puede sacarla del sombrero. Eres un verdadero Gryffindor, no lo olvides.- asiente Dumbledore hacia Harry, en eso escucharon la puerta ser abierta de golpe.

-¿Ustedes qué hacen aquí?- cuestiona Altair extrañado viendo entrar a Lucius junto a Rabastan y detrás de ellos con temor salió Dobby.

-Pero que modales, Altair.- responde Rabastan con una sonrisa ladina.- Así saludas a tus tíos, en especial a tu favorito.- el azabache sonrío con diversión.

-Rabastan.- reprende Lucius provocando que el castaño ruede los ojos.

-Supimos lo que sucedió, tus tías neuróticas nos mandaron a ver que había sucedido.- explica Rabastan más para Altair.-  Pero veo que siguen con vida, así que podemos irnos ¿no crees, Lucius?

-Con que es cierto, ha vuelto.- habla Lucius hacia Dumbledore ignorando a Rabastan, Altair sonrió divertido al ver la mirada fulminante que le lanzaba a su padrino, ya que odiaba ser ignorado.

-Cuando se enteraron que la hija de Arthur Weasley fue llevada a la cámara, los del consejo me lo pidieron.

-¡Ridículo!

-Curiosamente, Lucius, algunos tenían la impresión de que hechizarían a sus familias si no excedían a suspenderme como pediste.

-Que insolencia.-  habla el mayor desconcertado.

-¿Cómo dices?

-Nuestro único interés siempre ha sido y será siempre el bien de este colegio y con más razón, sus estudiantes.

-Pero en especial la vida de mis sobrinos e hija.- agrega Rabastan prendiendo un cigarrillo mientras miraba a los azabaches.- Supongo que el culpable apareció ya, ¿cierto, Albus?

-Así es.

-¿Y quién es?- cuestiona Lucius, Albus como los chicos se vieron entre ellos.

-Voldemort.