CAPÍTULO 11

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Narra Astra.

Desde el primer momento que abrí los ojos esa mañana, estaba aún frustrada por la situación en la que me encontraba, misma que ni siquiera entiendo como me vi envuelta; realmente estaba decidida en no volver a meterme en problemas, pero allí va Astra Potter a hacer lo contrario. Por más que intentaba mantenerme calmada, no podía de solo pensar que no sería nada bonito lo que me esperaba, además de no tener idea de como llegaron nuestros nombres, me estresaba aún más; juro que cuando sepa el responsable lo torturaré hasta que me pida piedad.

-A mí si me dirás, ¿Qué paso por tu cabeza al colocar tu nombre en el cáliz, jovencita?- Altair me intercepta tomando mi antebrazo para apartarme del pasillo.

-Idiota.- me suelto bruscamente.- Te diré lo mismo que vengo diciendo desde ayer. Yo. No. Puse. Mi. Nombre. En. El. Maldito. Cáliz.- escupo hastiada.- No soy tan estúpida como para poner mi vida en bandeja de plata por buscar la gloria.

-Entonces, ¿El idiota de Potter lo hizo?- vuelve a cuestionar con seriedad, aunque pude percibir cierto toque de celos al escupir aquellas palabras.

-Ninguno de nosotros lo hicimos, Altair.- repito pasando mis manos por mi rostro.- Además, ¿A ti qué? No es como si de verdad te importará.

-Claro que me importas, Astra.- responde rodando los ojos.

-Claro.- respondo con sarcasmo.- Por si tu mente inepta no lo recuerda, semanas atrás me insultaste, me gritaste y no sólo eso... Si no que deseaste que estuviera muerte.

-Fue un gran error.- admite con un tono más suave, provocando que lo vea confundida. ¿Desde cuándo Altair suele admitir sus errores?- Juro por mi vida que me arrepiento por haber dicho esas palabras, no medí bien lo que decía, deje que mi enojo me cejara mi juicio...- cada palabra que decía me hacía verlo con mayor extrañeza.- Astra, se que es difícil que me creas, pero aunque lo dudes, eres demasiado importante para mí, lo he descubierto esas semanas y se siente bien de hecho.

Si. Le faltan miles de tornillos.

No negaría que me era algo difícil creer en lo que estaba diciendo, no le daba crédito sencillamente. Pero por alguna razón, tenía la sensación de que no me estaba mintiendo y que realmente sus palabras eran sinceras; y pese a ello, no caería tan fácil en sus disculpas, él mismo lo ha dicho, sabe manipular a su antojo, yo no sería parte de su juego.

-¡Aléjate de ella Riddle!- el grito de mi hermano hace que giremos a verlo, Harry venía a toda prisa fulminando con la mirada a Altair.

-¿Y si no qué, Potter?- cuestiona en un tono burlón.

HERENCIA OSCURA [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora