CAPÍTULO 16

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-Esta sedada.- murmura la mujer con la mirada baja ante el aura imponente de Maia Black, quien miraba la camilla dónde se encontraba la joven de cabellos azabaches dormida profundamente después de la primera prueba.

-Nada de abrir la boca.- susurra Maia con un tono gélido.- De lo contrario, me haré cargo de que no la vuelvas abrir de nuevo.

La enfermera asintió repetidamente nerviosa y asustada, Maia entro con pasos lentos acercándose a la camilla, soltó un suspiro sentándose en la orilla de la misma y llevo su mano hasta la mejilla de Astra acariciando con delicadeza, al ver a su pequeña hija en ese estado le causó un nudo en la garganta.

En el momento que le dijeron lo que había pasado, cancelo su viaje regresando de inmediato a Londres, solo pisar el territorio se infiltró en Hogwarts, escabullendose por los pasillos para evitar que fuera vista dentro del castillo y al llegar a la enfermería, la enfermera que estaba asignada a Astra la estaba esperando debido a las instructivo que André le dio cuando supo que Maia iba directo a Hogwarts.

-Mi nena, mí hermoso demonio...- murmura en un hilo de voz sin dejar de acariciar la mejilla de Astra, Maia miro de reojo a la enfermera que se encontraba parada todavía en su mismo lugar.- Largo.- la señorita asintió saliendo de la enfermería y cerró la puerta detrás de ella, un silencio sereno se instaló en el lugar mientras Maia posaba su mirada gris en la herida de Astra.- Nada de eso hubiera pasado si hubiera venido. Tu hermano tiene razón, estoy lejos de tener el premio a la mejor madre del año...- sonríe amargamente.- No tuve un buen ejemplo de madre y aún así, siempre desee ser mejor que ella en muchos sentidos, pero creo que está saliendo todo lo contrario.

Maia soltó un suspiro mordiendo el labio inferior con impotencia, alejo la mano con la que acariciaba la mejilla de Astra para poder rascar dónde se supone que se encontraba la marca tenebroso, arremangó la manga del abrigo notando que el área se encontraba roja y sentía punzadas en la misma.

-Lamento seguir ausente en sus vidas y se que aún les falta vivir más decepciones de mí parte.- dice Maia volviendo a ver a su hija.- Tom y yo teníamos claro lo que queríamos, yo lo sigo teniendo claro. Tu y tu hermano me terminarán odiando, no lo dudo, pero no importa si no lo llegan a entender. Si debo sacrificar parte de mí vida y enfrentarme a ese maldito a muerte, porque si hija mía, entre tu padre y yo lo único que hay es sed de venganza, y para dejarles el camino limpio...- se quedo callada guardando esas dos palabras que sabía a la perfección que debía pasar en algún momento.- Lo haré mis pequeños demonios, te lo juro por mí primer hijo, por su hermano...- sonrió de lado.- Nacimos para gobernar, no ser gobernados, somos líderes, no seguidores.

Maia suspiro pesadamente dejando un beso largo en la frente de Astra inhalando el suave olor de su hija, la azabache se separó desganada, deseaba no tener que separarse de Astra, pero tuvo que hacerlo si quería cumplir con el juramento que hizo años atrás.

HERENCIA OSCURA [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora