Capítulo IV

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-¿Son ellos

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-¿Son ellos... realmente pueden ser ellos...?

El Caldero Chorreante súbitamente quedó inmóvil y en silencio, Astra no le agradaba sentirse así de observada. Harry sintió lo mismo, ya que le ofreció su brazo al cual ella se enganchó sin dudar, y de pronto Tom, el cantinero, emitió un aplauso junto a una risa incrédula, como de alguien que veía algo maravilloso.

-¡Válgame Dios! ¡Los mellizos Potter! ¡Todo un honor!

Continuo a su exclamación, tuvieron a todos los clientes amontonados a su alrededor, estrechándoles las manos con júbilo. Algunos hasta lloraron. Doris Crockford... Dedalus Diggle... nombres salieron de sus bocas y Astra se aturdió de tanta información. Un hombre más joven que el resto se adelantó, pálido y nervioso, con un tic en el ojo.

-¡Profesor Quirrell!- exclamó Hagrid.- Chicos, el profesor Quirrell les dará clases en Hogwarts.

-P-Potter y Pott-ter.- tartamudeó el profesor estrechando sus manos.- N-no pue-edo decirles lo cont-tento que e-estoy de co-conocerlos.

-¿Qué clase de magia enseña usted, profesor Quirrell?- cuestiona Astra sintiendo una sensación extraña por su columna ante la presencia del hombre.

-D-defensa Contra las Artes O-oscuras.- murmuró.- N-no es al-algo que u-ustedes necesiten, ¿verdad, p-par de Potter?- soltó una risita nerviosa, como de alguien que sabía que su chiste no tenía gracia.- Están reuniendo el e-equipo, supongo. Yo tengo q-que buscar otro l-libro de va-vampiros.

Su cara se desfiguró de horror ante la mención. Pero no pudieron responderle, porque los demás se encargaron de acaparar la atención. Tardaron más de diez minutos en despedirse de todos, Astra no sabía si sentirse a gusto llamar la atención.

Creía que le gustaría pero todavía estaba el pequeño detalle de que era a costa del asesinato de sus padres. Hagrid les habló del profesor Quirrell y su desagradable encuentro con una hechicera, del cual dejó de ser el mismo.

Les platicó acerca del mago y bruja malvados al cual todo el mundo mágico le temía, tan tenebrosos que ni siquiera Hagrid se atrevía pronunciar sus nombres sin estremecerse. Lo dijo una sola vez y luego lo cambió por Quienes-tu-sabes: Voldemort Y Death Queen.

Hagrid explicó que hace unos años Voldemort comenzó a buscar seguidores, otros magos y brujas que le juraban lealtad al tener los mismos ideales que él. Estaba siempre de la mano de su compañera, una mujer a la que llamaban Death Queen pero que sólo un círculo de íntimos súbditos conocía su rostro, y actualmente nadie sabía ni cuál era su nombre.

El mundo mágico se convirtió en una oscura niebla donde no sabías en quién confiar, donde oponerte a Lord Voldemort y a Death Queen significaba tu propia muerte. El único lugar seguro era Hogwarts, ya que Hagrid recalcó que Dumbledore, el director del colegio, era el único al que Lord Voldemort temía.

HERENCIA OSCURA [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora