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BOLITAS DE PAPEL

MATTHEO RIDDLE

— Hey... —La voz de Theo me despierta de la pequeña siesta que estaba teniendo en el descanso— Vamos, tenemos clase —me lanza mi mochila y nos vamos dirigiendo hacia la clase de pociones.

Últimamente no había podido dormir bien, me daba mal estar saber que la razón era por la estúpida de Grindelwald. ¿Por qué tiene esa perspectiva de mí?, no le hice nada.

— Se te nota que el descanso no te sirvió ni un poquito —De nuevo Theo me habla— deberías de hablarle, digo. —.

Mis ojos se dirigen a los de él y por obvias razones lo miro de mala manera. ¿Yo buscarla?, puf. Por favor, soy Mattheo Riddle. Uno de los chicos más deseados por todas las chicas en Hogwarts, no voy a buscarla.

Pero si quería hacerlo, con ella no podía estar así.

— No —escupo ante la idea de mi amigo y este suspira— Además, no estoy mal por ella. Tengo otros problemas en los que pensar, ella me da igual —.

Y al llegar al pasillo donde era la clase, ahí estaba ella. Con una sonrisa de oreja y oreja mientras estaba hablando con Granger y Cooper.

Puede que estemos molestos el uno con el otro, pero verla de esa manera me dio tranquilidad. Estaba feliz, almenos de los dos ella lo estaba pasando bien. Después de dos segundos, aparece el idiota de Potter que le da un abrazo y mi tranquilidad desaparece por completo.

— ¿Qué decías? —Y va de nuevo la voz de mi mejor amigo. Yo solo doblo los ojos y empiezo a caminar hacia ellos. Estaban enfrente de la puerta de la clase así que no desaproveché el momento para empujar a Potter hacia un lado ganándome unos gritos de las chicas y Weasly.

— No estorbes Potter —Ni siquiera voltie hacia atrás para verla, pero su voz hizo que me detuviera.

— ¡Y tú deja de ser un idiota Riddle! —.

Después de tantos días, me había dirigido la palabra y eso hizo que sonriera. Me dijo idiota, como siempre me había gustado.

Seguí mi camino hasta sentarme en una de las mesas y segundos después mi mejor amigo se sienta a mi lado.

— Ti sento un po' teso... (te siento un poco tenso)... potresti dire che sei anche geloso (podría decirse que estás un poco celoso) —Las palabras del italiano hacen que me ría de ellas. ¿Yo celoso?, Que porquería.

— Cuéntame otro chiste —Le digo con una sonrisa de lado y este niega con la cabeza.

Toda la clase hizo silencio mientras Snape salía de su oficina y se paró enfrente de nosotros.

— Hoy haremos trabajo en clase, así que se harán en grupos de cuatro personas —Con la velocidad de la luz, muchos ya tenían su grupo. Claramente yo me iba hacer con Theo, Zabini y para mis molestias, Draco. No me caía mal, solo que después de que Ángeles me contara el porqué la castigaron me generó un pequeño odio hacia el rubio.— No se emocionen, yo haré los grupos. —Las caras de toda la clase se desanimaron al escuchar eso, solo espero que no me pongan con gente inútil.

Snape abrió un libro y empezó a decir los apellidos. No pude evitar verla y ver que estaba hablando otra vez con ese idiota. ¿Cuál era la emoción?, ¿acaso él le estaba diciendo o tirándole algún comentario de coqueteo? Potter se notaba a kilómetros que no sabía entablar conversación con una mujer.
Yo sabía que era mejor que el, solo por ser el niño que le sobrevivió a un hechizo de Padre no lo hace especial.

Hablando de Padre...

Sabía que él iba a volver, aunque no nos a dicho nada. La tía Bellatrix por ahora solo nos manda a la escuela pero nos dijo que ya dentro de poco las cosas iban a cambiar para Tom y para mí, así que nuestros años de descanso estaban por terminar.

ADDICTED BROWN EYES M.R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora