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INVITACIONES POR DOQUIER
PARTE 2

ÁNGELES GRINDELWALD

— Tengo quince invitaciones las cuales aún no decido con quien ir —Emma estaba frustrada y llevaba quejándose todo el día por eso.

— Vamos Emma, no debe de ser tan difícil elgir a uno —Tori la consuela pero era inútil, la pelirroja seguía frustrada.

— Al final va a terminar yendo sola, ya verás —Atenea se une a la conversación ganándose una mirada de odio de parte de su mejor amiga—es la verdad —.

El centro de Londres estaba un poco vacío porque ya las fiestas de navidad se estaban acercando. Este fin de semana invité a mis amigas a que fuéramos a comprar nuestros vestidos del baile y nos dijimos que si no conseguíamos pareja, hiriamos igual. Todas estábamos muy ilusionadas por esa noche, hasta Atenea. A parte que también las invité a quedarse en mi casa para que conocieran a mis padres de una vez.

— ¿Her al final con quién irás? —Hermione se queda en silencio y todas voltean a verla.

— Por ahí escuché que Víktor Krum te estaba mirando mucho —.

— Sip, pero aún no recibo una invitación. Por lo tanto, ustedes son mi cita por ahora —.

¿Mi hermano no la había invitado aún? Eso me parecía muy extraño.

Entramos a nuestra quinta tienda y ninguna había elegido un vestido aún. Todas teníamos gustos tan diferentes que tenía miedo de no conseguir un vestido.

Al salir de la tienda pude ver nuestros rostros y todas estábamos desanimadas. Llevábamos un buen rato en esta situación que el cansancio se nos empezó a notar.

— Chicuelas, ¿por qué esas caritas? —Mamá no tarda en aparecer.

— No hemos podido conseguir un vestido mamá —la frustración se podía notar hasta en mi cabello.

— ¿Ya vieron en todas las tiendas? —.

— Si señora Grindelwald, hasta en algunas tiendas volvimos a ir pero la verdad nada nos llama la atención —Emma estaba abrumada, quería era tirarse al piso y que descansaran sus pies.

— Dos cosas. La primera, no me digas señora, dime Claudia querida que aún sigo joven y bella como tú —nos hizo reír— y la segunda, no han ido a todas, les falta una. —.

Y de la nada, siento como mi cabeza se ilumina teniendo la mejor idea del mundo.

— Mamá, eres la mejor —me acercó y la abrazó— ¡en camino hacia donde la señora Nowak! —.

Y eso hicimos, empezamos el camino hacia el edificio de la modista de confianza de la familia. ¿Cómo no se me había ocurrido? Que lenta soy.
Al llegar, los ojos de mis amigas se les notaba una leve esperanza. Aunque sabía que la señora Nowak tenía siempre una solución, esperaba que la tuviera para nosotras.

— ¡Señora Nowak! —empiezo a gritar ya que no estaba en el vestíbulo— ¡Señora Nowak! —gritó de nuevo.

— ¡Por Dios un momento, ya no soy joven para correr! —Las cortinas detrás del mostrador se abren y su rostro de enojo cambia completamente por uno de alegría— ¡Ángeles! ¡Lina! ¡Claudia! Y... —

— Son mis amigas —me río.

— ¡Amigas de Ángeles! Sigan, sigan chicas que está haciendo frío —entramos al edifico y todo estaba más organizado desde la última vez que vine aquí por mi vestuario de latín jazz. Estaba muy bonito— Díganme en que les puedo ayudar? —.

ADDICTED BROWN EYES M.R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora