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CLASE DE BAILE

ÁNGELES GRINDELWALD

— El baile de navidad, a sido una tradición del torneo de los tres magos desde que se estableció —La luz del oscuro atardecer entraba por las ventanas del salon mientras la profesora Mcgonagall daba su discurso. Por obvias razones, mi emoción se notaba hasta en mis poros. Nunca había estado en un baile y quería que fuera perfecto.— La víspera de navidad junto con nuestros invitados, nos reunimos en el gran salón para una noche de recatada frivolidad. —Mi mirada se dirige a donde Flitch el cual estaba intentando arreglar el toca discos.— Como representantes del colegio sede, espero que todos y cada uno de ustedes se esfuerce por dar un buen paso y lo digo literalmente  porque el baile de navidad es eso justamente, un baile. —.

— ¡Por Merlin! Estoy Emocionada —Doy tres aplausos rápidos mientras miró a mi mejor amiga y esta me agarra de mis manos con emoción.

— ¡Será increíble! Dicen que también habrá una banda invitada —.

Los murmullos en el lado donde estábamos sentadas las chicas eran demasiados ruidosos. Todas estábamos emocionadas y contentas de que tendríamos un baile. Bueno, más que todo yo, hay muchas cosas por hacer.

— ¡Silencio! —Mcgonagall nos exige y todas nos callamos— La casa de Godric Gryffindor a tenido el respeto del mundo mágico por casi diez siglos y no permitiré que en una noche manchen ese nombre por comportarse como un montón de brutos barbajanes. —Al frente de nosotras, estaban los chicos con unas caras de no querer estar ahí. Igualmente iba a obligar a Harry y a Ron a bailar en algún momento conmigo, no se salvan de tener una amiga bailarina. —Bailar, es dejar que el cuerpo respire... —Es tan cierto, las palabras de mi maestra son sabias— dentro de cada chica, duerme un delicado cisne anhelando emerger y retomar el vuelo —Se escuchan unos murmullos de parte de Ron y claramente Mcgonagall lo noto. Al parecer alguien se iba de castigo— y dentro de cada chico hay un león preparado para saltar, Señor Weasly, me permite por favor. —Mi boca se abre con sorpresa y no tardo en empezar a reírme sin hacer algún ruido. ¿Mcgonagall bailaría con Ron? Esto no me lo podía borrar de la  memoria. — Coloque su mano derecha en mi cintura —.

— ¿Donde? —

— En mi cintura —Alguien había silbado y Ron iba a reaccionar contra la persona que silbó pero Mcgonagall no lo dejó.— Extienda el brazo. Señor Flitch por favor. —Y la música clásica empezó a sonar y la escena no podía verse más graciosa. Mi mejor amiga y yo intentábamos aguantarnos la risa que estábamos ya por estallar.

— ¡Todos elijan pareja! —La profesora al dar la orden, todas las chicas nos pusimos de pie pero muchos de los chicos no lo hicieron. Que aburridos.

Claramente corrí a donde el chico de gafas y le pedí la mano como si yo fuera el caballero.

— Mi bella dama, ¿Me permite esta pieza? —Cambie mi voz a una gruesa simulando ser un hombre y Harry sonríe.

— Tengo un brazo lastimado —.

— Puedes agarrarme con el otro —.

— No sé bailar —.

— Yo tampoco —.

— ¿Yo tampoco? Eres bailarina Ángeles, me dejarás en ridículo —.

— No seas aburrido —Le agarró el brazo que no tiene la venda y la pongo en mi cintura— Mira es fácil. Solo es un... dos tres, Un, dos tres.... —De poco a poco Harry me seguía el Ritmo. Admito que es un tronco bailando pero almenos seguía la música.

— ¿Cómo lo hago? —.

— ¿La verdad o la mentira? —Los dos nos reímos.

— Ángeles... —.

ADDICTED BROWN EYES M.R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora