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INVITACIÓN AL BAILE

NARRADORA

Está última semana Ángeles y Stewart estaban saliendo más de lo normal. Todos los días se veían y claramente que todas las amigas de Ángeles lo notaban, hasta sus propios hermanos.

Angeles sabía que en el fondo seguía sintiendo cosas por Mattheo, así Mattheo nunca se haya vuelto acercar a Angeles porque cada vez que lo intentaba, llegaba el estúpido sonrisa perfecta de Arckerley. Oh bueno, así le dice Mattheo.

Obviamente Mattheo sentía que podía intentarlo una vez más, invitarla al baile, el cree que tiene una oportunidad más de intentarlo pero lamentablemente no la tiene.

El jueves llego tan rápido, que la clase de historia de la magia detuvo ese día. Esa clase era tan lenta y aburrida, a muchos les costaba no dormirse en clase. Ángeles estaba tan concentrada, que no permitía distracciones, ni siquiera hablar con Hermione durante clase.

— Ps —Escucha Ángeles de su mejor amiga pero esta es ignorada— ¡Ps! —Hermione lo vuelve hacer pero recibe la misma atención que la primera vez. Así que decide codearla y ahora si una Ángeles molesta mira a Hermione.

— Estamos en clase —.

— Tu enojo con Mattheo no lo tires conmigo —Auch, golpe bajo— Deberías de darle una oportunidad a que Mattheo te explique las cosas Angelito, déjalo hablar —.

— Hermione, eres mi mejor amiga y te adoro por preocuparte por mi. Pero te digo que lo que vi no tiene justificación, Mattheo me lastimó y punto. Además, ni a intentando buscarme —.

— Por que siempre andas con Stewart —.

— ¿Qué tiene que ver eso? El simplemente puede poner su actitud de malandro y sentarme hablar, pero no, no es capaz de hacerlo y si él no lo hace, pues yo tampoco. —Y con eso, Hermione entendió que ya no podía hacer nada.

Le dolía ver a su amiga así, su chispa obvio ya no era la misma pero lo iba aceptar, Ángeles ahora odia a Mattheo. Pero tenía razón, el único que puede hacer algo es él y no lo hace.

Cuthbert Binns, el profesor de la asignatura les dio a todos la finalización de la clase y todos en un segundo salieron corriendo del salón, el profesor era querido pero sus clases son muy eternas.

Lo que Ángeles no sabía, era que Stewart estaba afuera con un ramo de rosas azules rey, esperándola con sus tres hermanos atrás. Él la iba a invitar al baile y de espectador estaba ni más ni menos que Mattheo Riddle, que estaba esperándola afuera para poder hablar las cosas.

Ángeles lo primero que ve es al chico de Ravenclaw delante de sus tres personas favoritas. No tarda en sorprenderse y en acercarse a él, sentía tantas cosas bonitas al saber que ese detalle era para ella.

— Bueno, sé que es un espacio público y tal vez estás cansada, pero... —Stewart le agarra la mano a Ángeles y la pone enfrente de sus hermanos— Se lo importante que son tus hermanos para ti, así que primero quise hacerles la pregunta a ellos. —Ángeles estaba confundida pero sentía mucho cariño en ese momento.
— Hermanos Grindelwald, ¿me dan el permiso de poder llevar al baile a Ángeles? —.

Los ojos de Ángeles se iluminaron como cielo estrellado. Estaba muy feliz y más por la forma en la que sucedió el detalle. Los tres hermanos al unísono aceptaron y le sonrieron a Stewart. Piensan que es un buen candidato para su hermana, almenos más que Mattheo.

— Bien, ahora... —El rubio se voltea hacia Ángeles y le ofrece las rosas— Ángeles, ¿Quisieras ir al baile conmigo? —.

Todo el mundo estaba prestando atención, pero lo que nadie escuchaba era el corazón de Mattheo destruírse de poco a poco y más viendo como Ángeles dice un:

— Me encantaría —Y se lanza abrazar a Stewart mientras todo el mundo aplaude.

— Hey... —Theo intentaba hacer reaccionar a Mattheo pero este estaba quieto, ni respiraba— Mattheo —.

El, con ira por todo su cuerpo, se acercó a paso rápido hacia la escena y se paró enfrente de Ángeles, quitándole la sonrisa del momento.

— Vamos a hablar, a solas —.

Dentro de Angeles volvió a generarse un revolcón de sentimientos cuando por fin escucha la voz de Mattheo hacia ella después de tanto tiempo, pero ella decidió ignorar eso.

— No —.

— Ángeles, no es una pregunta —Mattheo estaba celoso, tanto que estaba que agarraba esas flores y apuñalaba a Ackerley con ellas.

— ¿Qué le dijiste Riddle? —Los mellizos no tardan en acercarse y Mattheo no se mueve de su posición— Si ella te dice que no, es un no. ¿o te lo hacemos entender nosotros? —Thomas estaban en su posición de hermano mayor.

Mattheo antes de abandonar la escena, miró a Ángeles en los ojos y con eso, los dos se despidieron.

Dentro de él solo quería romper esas flores, llevarla agarrada de la mano a un salón y explicarle todo, pero decidió que si ella no quería hacerlo, él lo iba aceptar.

— Te tardaste —Enzo sigue a Mattheo pero él antes mencionado no detiene su paso— Ya Theo te lo mantuvo diciendo, háblale y nunca lo hiciste —.

— ¡Siempre estaba al lado de ese imbecil y no soportaba verla con el! —Estalló, estaba tenso y la ira ni se diga.

— Eso no es justificación para no hablarle —.

— ¡Me importa un carajo! —Ya no sabía lo que decía, de verdad había perdido el control. Tanto que empezó a darle golpe a la pared hasta tener sus nudillos llenos de sangre. Enzo no hacía nada, solo lo observaba.

— ¿Acabaste? —Mattheo empezó a nivelar su respiración dejando a entender que ya estaba más tranquilo—Si tanto te gusta, entonces has lo imposible para estar con ella Mattheo —.

— No, ya no —.

— Como quieras, deja como lentamente se te resbala de las manos y la verás feliz con alguien que si tuvo los huevos de ser capaz de hacer cosas por ella —Y con eso, Enzo se retiró dejando a Mattheo con palabras en la boca.

ADDICTED BROWN EYES M.R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora