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CHIMENEA HABLANTE

ÁNGELES GRINDELWALD

La noche llegó y yo quedé agotada. Mientras me empijamaba, Hermione terminaba de repasar unas cuantas cosas para mañana.

— Listo —cierra su libro con fuerza— Puedo dormir tranquila —.

Her es muy dedicada, eso me gustaba de ella porque sé que eso también me motiva hacerlo, solo que ella ya se pasa de dedicación al estudio y se volvía una adicta al estudio.

Al sacar mi mochila pude ver el libro que agarré en la biblioteca. Todo mi cansancio desapareció cuando mis ganas por empezar a leerlo surgieron, así que lo saqué con cuidado pero fue en vano porque Her ya me lo había arrebatado de las manos.

— ¡Hermione! —me quejé y mi amiga me alza la ceja— Devuélvemelo —le estiró mi mano para que me lo devolviera.

— ¿Encontraste un libro y no me dijiste para leerlo juntas? Eso me dolió —y así empezamos a corretear por toda la habitación hasta que ella se encerró en el baño. Por obvias razones me moleste, aunque quisiera contarle no quería, ya era algo muy personal.

A los segundos, ella abre la puerta con el libro abierto y su rostro confundido.

— ¿Por qué lo agarraste si no dice nada? —frunzo mi ceño y ella me entrega el libro para yo verlo. Era cierto, no habían palabras solo páginas en blanco. De la nada, empezaron aparecer letras y el idioma que tenía el libro era el español.

"Si me lees, es porque la luna y el sol te dejaron vivir"

Mi cuerpo se tensa al momento de leerlo, ¿que era esto?, ¿porque yo podía leerlo y Her no?.

— ¡holaaaa! —pasa sus manos por mi rostro y yo salgo de mis pensamientos— ¿ves algo? —.

Niego con la cabeza y sonrío para cerrar el libro.

— Mañana lo devuelvo, pensé que tenía contenido —le mentí, se sintió mal pero no quería preocuparla con mis cosas.

— Está bien, aprovecharé y entraré al baño. —mi amiga desaparece en el baño y yo aprovecho para ponerme unas pantuflas y decirle a Her que iré por algo de agua que tenía sed.

Bajé con velocidad hacia la sala común y mire a los lados para ver si había alguien pero agradecí a mis adentros de que no. Me senté en una esquina en el suelo, detrás de un sofá en caso tal de que alguien entrara para que no me viera a estas horas de la noche. Abrí el libro y de nuevo todo en blanco.

— Vamos... —susurre para después empezar a ver de nuevo palabras aparecer de la nada formando la siguiente oracion:

Tu, fuerza y valentía. Lo que en la niñes sufriste en la adolescencia olvidas. Y lo que en la adolecencia olvidas, en la adultes recuerdas.

Pase a la siguiente página intentando entender lo que leí. De nuevo, unas palabras aparecieron y se formó lo siguiente:

Cada 7 de julio, cuando el sol saluda a la tribu Teohua. Un niño, un alma pura e inocente. Al cumplir sus cálidos y alegres siete años, es llevado hacia el dios Naran, para el gran eclipse lunar de los siete días de guerra...

Sentía como algo dentro de mí empezaba a sentirse mal. Mi respiración se agitaba haciendo que empezara a sentir un dolor en mi cicatriz de la espalda y punzadas empezaran aparecer en mi cabeza.

Por obvias razones no entendía nada, no sabía nada de esa tribu o de los dioses que nombran. No quería sonar esquizofrénica al pensar que tal vez yo tengo algún enlace con esto aunque era imposible, no recuerdo a ver estado con una tribu y menos a esa edad.

ADDICTED BROWN EYES M.R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora