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"Oh, ¿interrumpo algo?" dijo Ally con una sonrisa inocente. Hunter se puso de pie rápidamente, como si hubiera sido sorprendido en medio de algo prohibido. "Eh, no, nada", balbuceó, tratando de ocultar su incomodidad. "Debo irme", añadió, mirando a Tess con una expresión que dejaba entrever un torbellino de emociones reprimidas.

Tess se quedó en silencio, observando cómo Hunter salía apresuradamente de la habitación, dejando tras de sí un ambiente tenso y cargado de interrogantes. "Eso fue extraño", comentó Ally, rompiendo el silencio incómodo mientras se acomodaba junto a Tess.

"Sí, un poco", respondió Tess, aunque su mente aún estaba sumergida en la conversación inacabada con Hunter.

"¿Has notado que Hunter ha estado actuando de forma extraña últimamente?", preguntó Ally, con un deje de preocupación en su voz. Tess no estaba segura de querer profundizar en el tema, pero Ally parecía necesitar una respuesta. "Bueno, sí", admitió Tess, tratando de mantenerse evasiva.

Ally decidió cambiar de tema, tratando de aligerar el ambiente. "Y tú, ¿cómo has estado? ¿Extrañas a tu familia?", preguntó con una sonrisa amistosa. Sin embargo, las palabras de Ally golpearon a Tess como un recordatorio doloroso de su propia realidad.

La habitación se sumió en un silencio incómodo mientras Tess luchaba por contener las emociones que amenazaban con desbordarse. Una sola lágrima se deslizó por su mejilla, traicionando la fachada de fortaleza que había construido. Ally notó el cambio en el ambiente y trató de disculparse rápidamente. "Oh, lo siento si dije algo que te molestó. ¿Pasa algo con tu familia?", preguntó con genuina preocupación.

"P-por favor, deja de pretender que te importa", estalló Tess, incapaz de contener su dolor por más tiempo. La habitación se llenó de un silencio cargado de tensión mientras Ally se quedaba atónita ante la reacción inesperada de Tess. La miró con los ojos llenos de comprensión y remordimiento, dándose cuenta de que había tocado una fibra sensible sin darse cuenta.
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"Tess, lo siento mucho", dijo Ally sinceramente, acercándose para poner una mano reconfortante sobre el hombro de Tess. Sin embargo, Tess seguía sin poder contener sus emociones, sus palabras salían entrecortadas por el torrente de sentimientos que la abrumaban.

"¡Solo cállate!", estalló Tess, con la voz cargada de desesperación. "No quería estar aquí. Quiero que todo desaparezca".

Ally se quedó sin palabras, desconcertada por la intensidad de la reacción de Tess. Trató de mantener la calma, buscando las palabras adecuadas para calmar a su amiga.

"Tess, tranquila", dijo Ally, extendiendo una mano en un gesto de apoyo. "No entiendo completamente lo que estás pasando, pero estoy aquí para ti".

"Pero no, ¡no lo entiendes!", replicó Tess con frustración, apartándose bruscamente. "Nadie lo entiende. No debería estar aquí. ¡Aléjate, no te necesito!".

"Tess, no te voy a obligar a que me cuentes lo que está pasando, pero no estás sola", dijo Ally con voz suave, extendiendo una mano en un gesto de solidaridad. Tess se sentía como si estuviera en un torbellino emocional, pero las palabras reconfortantes de Ally comenzaban a calmar su alma atribulada. "Estoy aquí para ti", añadió Ally, su tono cargado de sinceridad y comprensión.

Tess solo escuchaba a Ally, absorbida por cada palabra que salía de los labios de su amiga. La presencia reconfortante de Ally la envolvía como un manto de consuelo en medio de la tormenta que asolaba su interior. Se dio cuenta de que no estaba sola, de que tenía a alguien a su lado dispuesta a compartir su carga y a ayudarla a superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

De alguna manera, se sintió reconfortada, de la misma manera que había estado con Hunter en los momentos difíciles. Parecía que Ally sería una gran amiga, una compañera en la batalla contra sus propios demonios internos. Tess había guardado sus emociones en lo más profundo de su ser durante demasiado tiempo, pero ahora sentía que era el momento de liberarlas, de dejar que fluyeran sin restricciones.

Quería cambiar, quería ser feliz. Así que esta vez, en lugar de huir como lo había hecho tantas veces antes, decidió enfrentar sus miedos y dejar que sus sentimientos salieran a la superficie. Con un suspiro de alivio, Tess se permitió ser vulnerable frente a Ally, dejando de lado sus barreras emocionales y abriéndose a la posibilidad de encontrar paz en medio del caos que la rodeaba.

En cada segundo que pasaba, el frío de la noche parecía penetrar hasta los huesos, envolviendo a Tess y Ally en una atmósfera de melancolía y reflexión. Tras algunos minutos de silencio reconfortante, decidieron que era hora de retirarse a sus habitaciones. Se despidieron con un abrazo cálido, un gesto que resonó en lo más profundo del corazón de Tess.

Mientras caminaba hacia su habitación, Tess se sintió abrumada por una sensación de paz y gratitud que nunca antes había experimentado. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió creer que tenía una verdadera amiga a su lado, alguien en quien confiar en los momentos difíciles. Sabía que años de depresión no desaparecerían de la noche a la mañana, pero después de su conversación con Ally, se aferraba a la esperanza de que el camino hacia la sanación y la felicidad estaba al alcance de su mano.

Sin embargo, incluso en medio de su renovada determinación por seguir adelante, había algo que aún la atormentaba: Hunter.

Debía hablar con él. Sentía que habían dejado una conversación inconclusa, y era bastante obvio para Tess que a Ally le gustaba Hunter. Sin embargo, Tess no podía permitirse ignorar la inquietante sensación que la invadía: algo oscuro y peligroso se estaba gestando en las sombras, algo que amenazaba con desgarrar la frágil tela de su existencia.

Mientras contemplaba la oscuridad de la noche por su ventana, el viento aullaba como un presagio ominoso, susurros de un peligro que acechaba en la oscuridad. Tess sabía que no podía postergarlo más, que debía enfrentar sus temores antes de que fuera demasiado tarde. Mañana por la mañana sería el momento de la verdad, el instante en que tendría que enfrentarse a sus demonios internos y luchar por su propia supervivencia.

El corazón de Tess latía con fuerza en su pecho, un eco de la inquietud que la atormentaba. Sabía que el camino que tenía por delante estaba lleno de peligros y desafíos, pero también sabía que no podía retroceder. La oscuridad se cernía sobre ella como una sombra ominosa, amenazando con consumirla por completo si no encontraba la fuerza para resistir.

Con una determinación férrea, Tess se preparó para el día que se avecinaba, armada con coraje y valentía en la lucha contra las fuerzas que conspiraban en su contra. Sabía que no podía permitirse fallar, con el peso del destino sobre sus hombros, se adentró en la oscuridad, lista para enfrentar lo que fuera que el destino le deparara.

Cruces del destino // HuntessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora