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El día de la exposición llegó con una mezcla de emoción y tensión en el aire. Tess y Hunter se encontraban en la galería, ultimando los detalles antes de que las puertas se abrieran al público. Las obras de Tess estaban perfectamente dispuestas, cada una contando una parte de su historia, mientras que las fotos y videos que Hunter había recopilado añadían una dimensión personal e íntima al recorrido. La galería estaba bañada en una luz suave que realzaba cada pieza, como si el espacio mismo estuviera preparado para contar su verdad.

Tess caminaba entre sus obras, tocando suavemente los marcos y sintiendo el peso de los recuerdos que cada una traía consigo. Había un nerviosismo creciente en su pecho, una mezcla de anticipación y temor por lo que estaba por venir. Sabía que esta exposición no solo mostraría su arte, sino que también expondría su alma, su verdad, y todo lo que había estado oculto durante tantos años.

Hunter, a su lado, observaba con atención cómo los asistentes comenzaban a llegar. Periodistas, críticos de arte, amigos y conocidos. Pero su mirada se dirigía constantemente a la entrada, esperando, con un nudo en el estómago, la aparición de Ally. Sabía que su presencia podría desatar un torbellino, y aunque había tratado de prepararse para ello, la incertidumbre lo inquietaba.

Finalmente, la puerta de la galería se abrió, y una figura conocida hizo su entrada. Ally había llegado.

El murmullo en la sala pareció detenerse por un instante mientras los ojos de todos se posaban en ella. Ally estaba impecablemente vestida, su presencia emanando una seguridad casi intimidante. Caminó entre las obras de Tess con una sonrisa enigmática en el rostro, como si disfrutara del papel que estaba interpretando en este drama.

Tess sintió cómo su corazón se aceleraba al ver a Ally acercarse, pero respiró hondo, tratando de mantener la calma. Sabía que este momento era inevitable, y se había preparado para enfrentarlo.

—Tess —dijo Ally con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos—. Es una exposición impresionante, debo admitirlo. Has logrado capturar tu... evolución de manera fascinante.

—Gracias, Ally —respondió Tess, esforzándose por mantener un tono neutral—. Me alegra que hayas venido.

Hunter observaba la interacción con cautela, listo para intervenir si las cosas se ponían tensas. Pero Ally parecía mantener la calma, aunque Hunter no podía evitar notar un brillo de desafío en sus ojos.

—Supongo que esta es tu manera de... limpiar tu nombre, ¿verdad? —continuó Ally, su voz suave pero cargada de insinuaciones—. Mostrarle al mundo quién eres realmente, después de todo lo que ha pasado.

Tess mantuvo la mirada fija en Ally, sabiendo que cada palabra que pronunciara en ese momento era crucial.

—No se trata solo de limpiar mi nombre, Ally —dijo Tess con firmeza—. Esta es mi historia, mi verdad. Todo lo que he pasado, todo lo que he creado... es parte de mí, y quiero que la gente lo vea. No tengo nada que esconder.

Ally levantó una ceja, claramente sorprendida por la seguridad en la voz de Tess. Por un momento, pareció dudar, pero rápidamente recuperó su compostura.

—Bueno, veremos qué piensa la gente —dijo Ally con una sonrisa que tenía un filo cortante—. La verdad es relativa, ¿no crees?

Tess sostuvo la mirada de Ally, sintiendo la tensión creciente en cada palabra que se intercambiaban. La calma que intentaba mantener se veía amenazada por las emociones que burbujeaban bajo la superficie. Sabía que el enfrentamiento era inevitable, pero no permitiría que Ally la desestabilizara.

—La verdad es relativa solo para aquellos que temen enfrentarla —respondió Tess con una voz que sonaba más segura de lo que se sentía—. Yo he pasado demasiado tiempo escondiendo la mía. Es hora de que todos la vean, sin máscaras, sin filtros.

Cruces del destino // HuntessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora