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Mientras la noche envolvía Atenas en un manto de estrellas, Ally caminaba por las calles empedradas, dirigiéndose lentamente hacia su hotel. El bullicio de la ciudad era un eco lejano en sus pensamientos, mientras sus emociones fluctuaban entre la frustración, la tristeza y una inesperada determinación.

Cuando llegó al hotel, se detuvo en la entrada, mirando el elegante edificio como si fuera un refugio temporal para su mente inquieta. Sabía que no podía simplemente marcharse. Había venido a Grecia con la intención de pasar tiempo con Hunter, pero las circunstancias habían cambiado drásticamente. Tess había reaparecido, y todo lo que creía seguro se tambaleaba.

Ally tomó la decisión de quedarse en Grecia el tiempo que originalmente pensaba pasar con Hunter. No era una retirada; más bien, era un momento para reflexionar, para entender qué quería hacer con su vida. Subió a su habitación, dejando que la puerta se cerrara suavemente tras de sí. El silencio del cuarto era ensordecedor, y por un momento, Ally sintió la soledad con más intensidad que nunca.

Se sentó en la cama, mirando su reflejo en el espejo. Se veía cansada, pero había una chispa de resolución en sus ojos. Sabía que su relación con Hunter nunca volvería a ser la misma, y quizás eso era lo mejor. Había luchado tanto por mantener algo que, en el fondo, sabía que no era completamente suyo. Hunter nunca había dejado de amar a Tess, y eso la había herido más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Mientras tanto Hunter y Tess continuaban admirando la vista nocturna y conversando sobre el tiempo perdido pero la charla pronto se tornó más personal. Hunter no pudo evitar preguntarle a Tess por qué había fingido su muerte, por qué había desaparecido de su vida de esa manera tan abrupta. Tess, con la mirada fija en la copa de vino, le explicó cómo había sentido que su presencia interfería en su relación con Ally. Le confesó que, en su momento, pensó que desaparecer era lo mejor para él, que de esa forma podría encontrar la felicidad con Ally sin el peso de su pasado compartido.

Hunter, sin poder contenerse, tomó la mano de Tess sobre la mesa, sintiendo la calidez de su piel, y le dijo que había estado equivocado al dejarla ir, que nunca había dejado de pensar en ella, y que fingir seguir adelante con Ally solo lo había dejado vacío y lleno de remordimientos. Tess lo miró a los ojos, y en ese momento, toda la barrera que había construido a lo largo de los años se desmoronó.

Decidieron dejar de lado las palabras y salir a caminar nuevamente. Mientras paseaban, llegaron a un mirador con vistas a la ciudad, donde la luna brillaba con fuerza. Allí, sin decir nada, Hunter se acercó a Tess, rodeándola con sus brazos, y ella se dejó llevar por el momento, apoyando la cabeza en su pecho.

En el silencio de la noche ateniense, se quedaron allí, abrazados, sintiendo que todas las piezas del rompecabezas que alguna vez fue su vida juntos comenzaban a encajar nuevamente. No había promesas, solo una comprensión mutua de que, sin importar lo que el futuro les deparara, estaban donde debían estar: juntos.

Esa noche, Hunter no regreso al hotel. En lugar de eso, fue a la residencia de Tess, donde pasaron la noche. Fue un momento de reconexión profunda, donde las palabras sobraban y solo importaba el hecho de estar en los brazos del otro, después de tanto tiempo de soledad y dudas.

A la mañana siguiente, la luz del amanecer se filtró por las cortinas del pequeño alojamiento donde Hunter y Tess habían pasado la noche. Aún abrazados, despertaron lentamente, sin prisa por romper el silencio que los envolvía. La paz que sentían contrastaba con los años de tensión y separación que habían vivido.

Tess fue la primera en levantarse, mirando por la ventana las calles de Atenas que empezaban a cobrar vida. Sentía una mezcla de alivio y una leve ansiedad por lo que venía después. Sabía que la noche anterior había cambiado todo entre ellos, pero también era consciente de que debían enfrentar las consecuencias de sus decisiones, especialmente en lo que respectaba a Ally.

Cruces del destino // HuntessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora