Tomó el micrófono con manos firmes, aunque una ligera corriente de nerviosismo recorrió su columna.—Buenas noches a todos. Es un honor tenerlos aquí, y me siento profundamente agradecida por su apoyo y presencia esta noche —comenzó Tess, su voz resonando con claridad.
—En esta exposición no quise simplemente mostrar un trabajo repetitivo, he decidido salir de mi zona de confort, esta vez no solo pinto lo que siento, esta vez quise enfatizar en ese sentimiento que nos consume, ese sentimiento inevitable, que aunque es hermoso de sentir a veces desearíamos no tenerlo, amor... —
A medida que Tess avanzaba con su discurso, la audiencia estaba cautivada por sus palabras. Describía cómo sus experiencias en Roma habían influenciado su trabajo, cómo la belleza y la historia de la ciudad eterna habían moldeado su visión artística.
De repente, una sombra se movió en el extremo de la sala. Una figura vestida de manera discreta, con una gorra baja y una chaqueta negra, se acercó al centro de la galería. Nadie parecía notar al intruso, ocupado con los detalles de la presentación de Tess.
Tess continuaba, ajena al peligro inminente.
—Cada una de estas piezas es una parte de mi alma, una expresión de mi lucha, mis sueños y mis miedos. Espero que puedan sentir la pasión y la...
Sin previo aviso, el intruso sacó una bolsa de basura de gran tamaño y la arrojó con fuerza hacia Tess y sus obras. Un estruendo resonó en la sala cuando la bolsa impactó, esparciendo basura y desperdicios sobre las obras de arte y la propia Tess. La audiencia se quedó atónita, algunos gritaron mientras otros retrocedían horrorizados.
El saboteador, con voz alta y llena de rabia, gritó:
—¡Esto es lo que te mereces, Tess! ¡Por lastimar los sentimientos de Ally y traicionar su confianza!
Tess se quedó congelada, cubierta de basura, mirando al intruso con incredulidad y dolor. La sala se llenó de murmullos y exclamaciones mientras la seguridad de la galería se apresuraba a intervenir.
Hunter, al ver la angustia y el caos, corrió hacia Tess, ayudándola a levantarse y apartándola de la zona del ataque. Los guardias finalmente lograron someter al saboteador y lo escoltaron fuera de la galería, mientras la audiencia observaba en un silencio tenso y preocupado.
Tess, aún conmocionada y con lágrimas en los ojos, tomó un respiro profundo. Hunter, a su lado, la miró con preocupación y apoyo.
—Tess, lo siento tanto —dijo él, su voz baja y llena de culpa—. Esto no debería haber pasado.
Tess asintió, tratando de recuperar la compostura. Con la voz temblorosa pero firme, se volvió hacia la audiencia.
—Lamento profundamente esta interrupción —dijo Tess, su mirada recorriendo la sala—. Pero les aseguro que mi trabajo es el resultado de años de esfuerzo, pasión y autenticidad. No dejaré que las acciones de alguien que intenta destruir lo que he construido nos desvíen de lo que realmente importa: el arte y la conexión que todos compartimos esta noche.
La audiencia respondió con una ovación, mostrando su apoyo y solidaridad. Tess, con Hunter a su lado, continuó su discurso, demostrando que, a pesar del intento de sabotaje, su espíritu y su talento eran inquebrantables. Sin embargo en cuanto terminó el discurso Tess se retiró del lugar, estaba completamente empapado en líquido acumulado de basura, algunas sobras de comida y algunas cosas más que ni siquiera quería saber que eran, Hunter puso su abrigo sobre ella para que los periodistas que estaban afuera no lograran ver lo que había sucedido, aunque era inevitable que no se esparciera la noticia.
Llegaron al hotel, a pesar del olor nauseabundo que cubría a Tess, Hunter, sin decir una sola palabra, la abrazo dejando que las lágrimas de Tess cayeran sobre el abrigo que ahora la cubría. Tess temblaba, no solo por el frío y la suciedad, sino por el impacto emocional de lo sucedido. Hunter la sostuvo con fuerza, sintiendo su dolor y deseando poder absorber parte de él.
—Tess, vamos a sacarte de esta ropa y a darte una ducha —dijo Hunter suavemente—. No tienes que enfrentarlo sola.
Con cuidado, la llevó al baño y la dejó allí para que se limpiara. Mientras esperaba afuera, escuchaba el sonido del agua corriendo y sentía una mezcla de rabia y tristeza por lo que Tess había tenido que pasar.
Después de lo que parecieron horas, Tess salió del baño, envuelta en una toalla, con la piel enrojecida por el esfuerzo de limpiar toda la suciedad. Hunter se levantó y la miró con ternura y preocupación.
—Gracias por estar aquí, Hunter —dijo Tess, su voz apenas un susurro.... Te puedo pedir algo—
—Claro Tess—
—Puedes encargarte de la exposición... no pienso volver—
—Por supuesto—
Tess le agradeció con un abrazo, el resto de la tarde Tess organizó algunos documentos para dejar a Hunter como encargado y algunas otras cosas.
Hunter se fue y dijo que recogería a Tess al día siguiente, ella no se negó pero tampoco le contó lo que estaba a punto de hacer.
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Cruces del destino // Huntess
RomanceEn la tranquila escuela de Pyrgoi Hills Academy, tres personas se encontraban enredadas en un delicado equilibrio de amor y deseo. Ally, una adolescente que amaba los videojuegos y poseía una risa contagiosa, así como ojos llenos de sueños. Hunter...