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El tiempo en la escuela transcurría rápidamente. Ally y Hunter se convirtieron en los confidentes de Tess, ayudándola a socializar un poco más. Juntos, forjaron un círculo de amistad más amplio. De vez en cuando, se aventuraban a fiestas los fines de semana en lugar de permanecer en los confines del instituto. Aunque no era la actividad favorita de Tess, disfrutaba el tiempo que pasaba con sus amigos.

Pronto se acercaba un periodo vacacional en el que los estudiantes regresarían a casa para reunirse con sus familias. Ally sabía que Tess no tenía intención de salir. Aunque quería invitarla a su casa, Tess se negó rotundamente. Ally comprendió que no podía forzarla, así que se despidió con un cálido abrazo, asegurándole que estaría en contacto con ella.

Tess se despidió de Ally con una sonrisa forzada en el rostro, aunque en su interior sabía que, una vez más, se encontraba sola. En la distancia, Hunter se preparaba para dejar el instituto, sus maletas listas. Observó la escena, con la intención inicial de acompañar a Tess y a Ally en su despedida, pero al ver que Tess se separaba de Ally y su sonrisa desaparecía mientras regresaba al edificio, Hunter quedó perplejo. Pensó que quizás los padres de Tess la recogerían más tarde, pero nada cuadraba. Así que tomó la decisión de seguirla.

"Espera", llamó Hunter justo antes de que Tess ingresara a su habitación. Al mirarla, notó el rastro de lágrimas en su rostro, desdibujando el maquillaje. Tess rápidamente se limpió el rostro y volvió a sonreír, pretendiendo que nada estaba mal.

"¿Pasa algo?", preguntó Hunter con evidente preocupación. No la veía así desde aquella noche en que él huyó al ver a Ally. Pero ahora, no podía dejarse llevar por supuestos sentimientos románticos. Quería ayudar a su amiga, sentía esa urgencia por saber qué le ocurría.

"Tess, por favor, dime la verdad", dijo, aún más alterado. "No sucede nada, Hunter", respondió Tess con voz temblorosa. "Por favor, no me mientas. Sabes que puedes contarme lo que sea. Voy a estar aquí para ti".

Tess seguía sin querer hablar del tema, así que optó por ignorar a Hunter. "Hunter, deberías estar con tu familia", dijo con la voz entrecortada. "Ellos te están esperando".

Hunter intentó leer el comportamiento de Tess, pero aunque llevaban tiempo conociéndose, desconocía los detalles sobre la familia de Tess. "Eso te lo pregunto a ti, Tess", replicó. "Deberías estar con tu familia. Pensaba esperarte a ti y a Ally en la salida, pero ahora tú eres más importante".

Tess no pudo contenerse más y cayó llorando al suelo frente a Hunter, quien aún no entendía lo que pasaba. Quería comprenderla, pero no quería forzarla a hablar de lo que no deseaba. Así que simplemente se sentó a su lado y la consoló hasta que sus sollozos cesaron. Aun no sabía cómo reaccionar, pero no podía soportar ver a Tess así. En ese momento, nada ni nadie importaba más que ella. Sus sentimientos de confusión y preocupación se entrelazaban, creando un ambiente tenso y cargado de emociones.

El silencio se hizo pesado en la habitación mientras Tess se calmaba lentamente. Hunter permanecía a su lado, sin palabras pero con una presencia reconfortante. La luz tenue del atardecer se filtraba por la ventana, pintando con tonos cálidos la escena en la habitación.

Después de un rato, Tess levantó la mirada hacia Hunter, sus ojos enrojecidos revelaban el peso de sus emociones. "Lo siento, Hunter", murmuró entre sollozos. "No deberías estar aquí, no deberías tener que lidiar con esto".

Hunter le devolvió la mirada con compasión. "Tess, somos amigos. Estoy aquí para ti, pase lo que pase".

Tess asintió, agradecida por su apoyo incondicional. "Es solo... yo no tengo a nadie mas", comenzó a explicar, luchando por encontrar las palabras adecuadas. "No tengo una familia, no he tenido una desde que era pequeña. He estado viviendo en diferentes hogares de acogida".

La confesión de Tess dejó a Hunter sin aliento. No sabía qué decir, cómo consolarla en medio de esa tormenta emocional. Pero sabía que tenía que estar allí para ella, sin importar qué.

"Lo siento mucho, Tess", dijo Hunter sinceramente. "No puedo imaginar lo que estás pasando, pero estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. No estás sola en esto".

"Pero, Hunter, deberías irte. Supongo que si tenías cosas que..." Tess fue interrumpida abruptamente por Hunter.

"Me quedaré contigo", declaró Hunter con firmeza.

"No, Hunter, no es necesario...", intentó objetar Tess, pero fue interrumpida nuevamente.

"No, no. No me vas a hacer cambiar de opinión. Me quedaré contigo y no quiero que lo niegues más. No voy a retractarme", concluyó Hunter antes de abrazar a Tess.

"Está bien, pero sinceramente no hay nada divertido que hacer, así que probablemente te aburrirás y querrás irte", respondió Tess sin demostrar emoción alguna.

"Eso no importa, porque voy a estar contigo", afirmó Hunter. Tess sintió cómo su corazón empezaba a latir rápidamente, así que se alejó de Hunter antes de que él lo notara.

"Bueno, ¿y qué piensas hacer?", preguntó rápidamente Tess a Hunter.

"Pues... podemos ver una película o, ¿qué te parece si vamos a hornear algo?", sugirió Hunter, pensando en las actividades que podrían realizar en el instituto. De repente, se le ocurrió una idea. "Alista tus cosas, Tess".

Eso la tomo por sorpresa."¿Para qué?", preguntó Tess rápidamente.

"Simplemente alista tus cosas", dijo Hunter animado.

"Hunter, no me voy a ir", declaró Tess, tirándose en su cama y mirando hacia el techo. Luego escuchó cómo Hunter abría su armario y se levantó para ver cómo tiraba la ropa en una maleta.

"¿Qué estás haciendo?", preguntó Tess, observando lo que Hunter estaba haciendo.

"Estoy haciendo tu maleta por ti", respondió Hunter, sacando un vestido negro un poco básico, pero bastante delicado.

"Oye, deja eso ahí", dijo Tess alterada.

"Claro que lo vamos a llevar. Te debe lucir muy bien", dijo Hunter, finalmente cerrando la maleta.

"¡Vámonos!", exclamó Hunter mientras salía de la habitación con las cosas de Tess.

"Sabes que me voy a quedar aquí", gritó Tess desde su cuarto cuando Hunter ya se había alejado. Pasaron unos minutos cuando el regresó.

"Pensé que ya te habías ido", comentó Tess.

"No, no me iré sin ti", respondió Hunter.

"Suerte con eso", dijo Tess.

"Bueno, no me dejas otra opción", dijo Hunter mientras tomaba a Tess y la cargaba hasta su auto.

"Ey, bájame", reclamó Tess.

"Por favor, Tess, vamos. Si cuando llegamos no te quieres quedar, yo mismo te traeré de regreso", prometió Hunter. Finalmente, Tess aceptó y comenzaron su recorrido.

Cruces del destino // HuntessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora