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Tess Decidió que sería algo reservado, solo le contaría a Hunter para que la llevara al aeropuerto, pero nadie sabía cuando se iría, simplemente despertaría una mañana, tomaría su maleta y se marcharía en silencio. No quería que las despedidas fueran más dolorosas de lo necesario. Hunter había aceptado la tarea con una mezcla de determinación y tristeza.

El día de su partida, Tess se levantó antes del amanecer. La casa estaba en silencio, un recordatorio de que su vida estaba a punto de cambiar radicalmente. Revisó por última vez que todo estaba en orden y bajó las escaleras con su maleta.

Hunter la estaba esperando afuera, su coche ya encendido. No hubo palabras mientras él cargaba la maleta en el maletero. Tess se despidió de la casa con una mirada rápida antes de subirse al coche. El viaje al aeropuerto fue tranquilo, ambos envueltos en pensamientos.

Al llegar, Tess se volvió hacia Hunter.

—Gracias por hacer esto.—dijo Tess, su voz quebrándose.

—Lo haría mil veces si eso significa que puedas seguir tu sueño —respondió Hunter, tratando de mantener la compostura.

Tess lo abrazó con fuerza, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a brotar. Hunter la sostuvo, sabiendo que este era el último momento que compartirían en mucho tiempo.

Hunter:

Era inevitable, por más que quisiera, Tess tenía un destino sellado en Roma, y yo no podría perdonarme si ella no lograba cumplir sus sueños. La parte más difícil de todo era dejarla ir sabiendo que le había fallado a ella y a Lake al ni siquiera intentar remendar las cosas con Tess. No sabía cómo... cómo dejar a Ally cuando Tess me pidió no lastimarla. Era algo inevitable. Mientras cargaba las maletas de Tess, pensaba en cómo las cosas seguirían funcionando. ¿Nos seguiríamos hablando? ¿Nos seguiríamos escribiendo?

De repente tuve que salir de mis pensamientos, llegaba la hora de despedirse. ¿Cómo le explicaba a Tess que la parte más difícil de esto era dejarla ir con la ilusión de que al menos se volteara a decirme que ya no me amaba como antes?

La vi caminar hacia la puerta de embarque, y sentí un nudo en el estómago. Cada paso que daba hacia su nueva vida en Roma era un paso que la alejaba de la mía. Me quedé allí, observando cómo se alejaba, esperando... deseando que se volviera una última vez. Pero no lo hizo.

Cerré los ojos y respiré hondo. La despedida había sido breve, pero estaba cargada de emociones no dichas. Tess estaba comenzando una nueva etapa, y yo tenía que aprender a vivir con su ausencia.

De vuelta en el coche, el silencio era ensordecedor. Manejé de regreso al instituto, mi mente una tormenta de pensamientos y emociones. Me preguntaba si había hecho lo correcto, si debí haberle dicho todo lo que sentía antes de que se fuera. Pero ya era tarde para eso.

Cuando llegué, me quedé sentado en el coche por un momento, mirando la ventana de la habitación vacía de Tess. Sabía que tenía que seguir adelante, pero no sabía cómo. La vida sin ella sería diferente, y la idea de no verla todos los días era algo con lo que tendría que aprender a vivir.

Miré mi teléfono, esperando un mensaje de ella. Nada. La realidad de su partida comenzaba a asentarse, y con ella, la soledad. Pero había algo más, una chispa de esperanza, la esperanza de que algún día, quizás, nuestros caminos se cruzaran de nuevo. Pero hasta entonces, tendría que aprender a vivir con la ausencia de Tess y encontrar la manera de seguir adelante.
El avión despegó y Tess miró por la ventanilla, viendo cómo la ciudad que había sido su hogar se hacía cada vez más pequeña. Las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, y el sentimiento de dejar todo atrás comenzó a pesar en su corazón. Había tomado una decisión difícil, pero necesaria. Sabía que la única forma de seguir adelante y centrarse en sus sueños era cortar la comunicación con Hunter.

Cruces del destino // HuntessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora