18. Tormentos.

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 El almuerzo del día siguiente fue básicamente un interrogatorio para Atsumu

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El almuerzo del día siguiente fue básicamente un interrogatorio para Atsumu.

—¿Eres idiota? —Suga pregunta y Atsumu lo patea por debajo de mesa, haciendo que el peligris se queje por lo bajo— Quiero decir, Tsumu, en serio ¿por qué escondiste a alguien de la policía? —el teñido blanquea sus ojos.

—¿Qué hiciste? —preguntó Suna, su amigo suspira y echa un vistazo a su alrededor antes de inclinarse un poco sobre la mesa para hablar.

—Escuchen —murmura luego de suspirar—, no les diré a detalles lo que hicieron, pero... —respira hondo y luego continúa— Básicamente, ellos... bueno, Sakusa... se metió con unas... propiedades del gobierno... y digamos que mi hermano lo ayudó a escapar, así que lo escondí en mi habitación mientras Osamu iba a dar su testimonio —sus amigos se miran entre ellos con los ojos abiertos mientras Atsumu se apoya nuevamente en el respaldo de su silla, dejando que procesen la situación.

—Mierda, Tsumu —Suga murmura en voz alta y el gemelo hace una mueca—. Sabes que, si te arrestan por los problemas con Osamu, arruinarás no solo tu historial, sino las posibilidades de ingresar a la universidad de tus sueños —Akaashi tararea de acuerdo y Atsumu se queja derrotado.

—Sé que fue una tontería —Oikawa suelta un ruido de burla—, pero es... un poco difícil decirle que no a él. Es mi gemelo, y está pasando por muchas cosas, así que... no sé, sentí que quería ayudarlo —Suna suspira mientras se pasa una mano por su pelo.

—Mira, eso lo entiendo mejor que la mayoría de ustedes, pero enserio, Tsumu, tienes que tener cuidado. Debe haber un límite de aquello con lo que estás dispuesto a hacer por tu hermano... y esconder a alguien de la ley debería estar mucho más allá de cualquier límite —Atsumu frunce el ceño y echa un vistazo hacia la mesa de su hermano.

—Sabes que tenemos razón, Atsumu —dice Suga.

—Sí, sí, lo sé —sus amigos le sonríen con empatía.

—Hablando del diablo —murmura Kenma a la ligera, atrayendo la atención de todos hacia Sakusa, quien se acerca lentamente a la mesa donde se encuentran almorzando. Todos excepto Atsumu lo miran, el gemelo simplemente sonríe.

—Tienes algo para mí —dice con fingida inocencia.

—Eres un engreído de mierda —responde Sakusa mientras saca su billetera.

—Diría que confianzudo. Tú eras el engreído, yo sé lo bueno que soy —sus amigos ahora comparten miradas confusas. Es que sus palabras pueden ser... malinterpretadas. Kiyoomi suspira mientras saca los billetes y se los entrega a Atsumu.

—Seis mil yenes —Atsumu toma el dinero y lo cuenta, sonriendo gentilmente cuando ve que todo está allí.

—Es un placer hacer negocios contigo —el rizado blanquea sus ojos.

Todo comenzó en detención ; haikyuu múltiples shipps.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora