Suga, Akaashi, Kenma, Oikawa, Atsumu y Suna se mezclan con los problemáticos de la escuela, gracias a esto, el drama se vuelve parte de la cotidianidad, las relaciones afloran y los oscuros secretos salen a la luz, para bien o para mal.
Esta histori...
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Akaashi no podía concentrarse, por más que lo intentase.
El sol se había puesto hacía un par de horas mientras estaba sentado en su escritorio, las palabras de su libro se desenfocaban ante el cansancio, sus párpados le pesaban y sentía el cuerpo exhausto. Claro que su falta de sueño era parte de la razón por la que se sentía tan agotado y desconcentrado, pero también había otro tema: Suga y Oikawa.
No es la primera vez que pelean, de todo el grupo de amigos ellos son los que más discuten, sin embargo, nunca son discusiones tan acaloradas. Algunas veces, se molestan un par de horas, pero, por lo general, suelen resolver inmediatamente sus desacuerdos.
Akaashi siempre pensó que, en su grupo de amigos, cualquier conflicto sería fácil de resolver... Pero, esta vez no fue así. Las cosas andaban mal, y lo peor es que no tenían ni idea del por qué. Keiji asumió que tenía que ver con lo que sucedió en el almuerzo, ya que fue algo que dejó a todos tensos y ansiosos, especialmente a Suga, porque Koshi, de todos ellos, es el que más se preocupa por sus amigos, haciendo lo posible por protegerlos.
Durante el resto del día, Oikawa y Suga no dijeron nada.
El peligris le pidió a Suna que lo llevara a casa, y cuando Akaashi le preguntó a Toru qué había sucedido, este lo ignoró. Así que, resultó obvio que los dos estaban enojados, y le angustiaba no saber por qué, o qué tan grave era.
El ojiazul gime mientras esconde la cabeza entre las manos, prácticamente renunciando a su tarea producto de lo abrumado que se sentía para poder procesar todo lo relacionado con los estudios.
Estaba jodidamente cansado, al punto en que sus ojos se cierran inconscientemente mientras su cuerpo intenta de manera desesperada que duerma, pero el teléfono a su lado suena repentinamente, haciendo que su corazón salte y su espalda se enderece casi al instante. Cuando toma su teléfono y la pantalla se ilumina, su expresión se relaja al notar varios mensajes de una misma persona. Suspira volviendo a mirar su libro de texto, el cual cierra rápidamente antes de volver al celular con una sonrisa tímida entre sus labios.
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18:15 agaaaashiiii ¡holaaaa! ¿cómo estás? agaaaasssshhhi el pequeño Keiji dice hola está siendo adorable
