30. Confianza.

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Oikawa nunca volvió a almorzar

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Oikawa nunca volvió a almorzar.

Suga quería ver cómo estaba, ya que estaba claro que algo andaba muy mal, pero sus amigos lo convencieron de darle espacio al castaño. Con base en sus respuestas, estaba bastante claro de que Oikawa no estaba de humor para toneladas de preguntas.

Suga agarró sus cosas y las del castaño y las llevó a clases, donde se sentó mirando ansiosamente hacia la puerta esperando a que su amigo entre. No pudo pasar por alto que Iwaizumi tampoco estaba. Por lo general no sería extraño, pero teniendo en cuenta que tanto Kuroo como Daichi estaban en el salón, era sospechoso.

El timbre sonó indicando que debían tomar asiento antes de que entrara el profesor, pero todavía no estaba Toru, y Suga estaba empezando a preocuparse el doble. Oikawa ni siquiera traía su teléfono encima, por lo que no podía escribirle o llamarle para saber si estaba bien. El maestro entró y Oikawa no había llegado, dejó sus cosas sobre el escritorio y no había rastro de Toru, indicó que sacaran sus libros y el castaño brillaba por su ausencia. Finalmente, cuando se da la vuelta hacia la pizarra, dos personas entran al aula con el mayor sigilo posible.

Suga entrecierra los ojos cuando ve Oikawa e Iwaizumi tomar asiento en sus respectivos puestos. Toru miró al peligris a los ojos y Suga pudo ver algún rastro de culpa, suponía que, por su reacción en el pasillo, o por no volver a la cafetería. Oikawa le brinda una suave sonrisa que Suga no corresponde, no a propósito, sino porque está demasiado ensimismado pensando en si Oikawa e Iwaizumi habían estado juntos o simplemente, por casualidad, entraron al mismo tiempo. No sabe qué es mejor, o peor.

El profesor comienza su cátedra, pero Suga se concentra en escribir en una nota y luego pasársela con total cuidado a su amigo. Espera con impaciencia mientras el profesor explica cómo resolver ciertos tipos de ecuaciones cuando el papel vuelve a caer su escritorio y lo abre rápidamente.

¿Estás bien? No volviste a almorzar. ¿Estabas con Iwaizumi?

Estoy bien, no te preocupes.

Suga relee la nota antes de mirar a Oikawa, quien claramente hace todo lo posible para evitar su mirada y fingir que está súper concentrado en la lección. El peligris decide hablarlo en el descanso, dejando que la clase continúe su rubro, aunque por dentro, poco podía concentrarse.





El recreo de la tarde comienza y Suga nota a Oikawa bajar la cabeza al instante, quizá para evitar hablar con Suga, pero el castaño lucía genuinamente cansado, por lo que Suga lo deja pasar.

De todos modos, no es con quien quiere hablar.

El peligris se levanta y camina hacia el pasillo que, sorprendentemente, está casi vacío. Se apoya junto a una ventana frente a su salón de clases mientras saca su teléfono y escribe un mensaje.

Todo comenzó en detención ; haikyuu múltiples shipps.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora