25. Una segunda vez.

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 Oikawa sentía que su corazón iba a saltar fuera de su cuerpo mientras estaba frente a la puerta de Iwaizumi, dispuesto a tocarla

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Oikawa sentía que su corazón iba a saltar fuera de su cuerpo mientras estaba frente a la puerta de Iwaizumi, dispuesto a tocarla... Una tarea que normalmente sería tan sencilla, pero que en estos momentos le estaba volviendo completamente loco.

No había hablado con él desde el sábado pasado, mismo día en el que se revolcaron. Claro que hablaban en clases y trabajan juntos entre coqueteos. Pero esta será la primera vez que están solos desde aquella vez. Iwaizumi ni siquiera dio una razón de por qué quería volver a reunirse en su casa, tan solo escribió "mi casa, 13:30." lo que hace a Oikawa dudar de cuáles son sus verdaderas intenciones al citarlo aquí.

Lo que sucedió fue un error... un error jodidamente bueno, pero aun así un error que no volvería a ocurrir.

Finalmente, Oikawa traga saliva y llama a la puerta. Esta se abre a los segundos, mostrando a Iwaizumi con el ceño fruncido mientras sostiene un cigarrillo entre sus labios.

—Llegas tarde —son las 13:33. En realidad, no había llegado tarde, pero armarse de valor y tocar la puerta le había tomado un par de minutos. Claramente el castaño no admitiría eso, por lo que simplemente le da un vistazo descarado de arriba abajo. Por mucho que lo odie, Iwaizumi está caliente y nadie puede negarlo.

—Me alegro de ver que llevas camiseta puesta —murmura Oikawa a modo de saludo mientras Iwa se hace a un lado para que pase, cerrando tras su espalda antes de responderle.

—Sé que me prefieres sin ella —Oikawa se sonroja ligeramente, pero lo suficiente para que Iwaizumi lo note y se ría por ello.

—Como si fuese gran cosa —murmura Toru, pero Iwaizumi no responde, tan solo mantiene su sonrisa antes de alejarse mientras Oikawa se quita los zapatos y sigue al castaño escaleras arriba hasta su habitación.

Cuando el castaño cierra la puerta tras su cuerpo, siente que los latidos de su corazón se aceleran un poco, e intenta priorizar el motivo por el cual vino. Ve a Iwaizumi caminar por la habitación hasta llegar a su escritorio, soltando una gran bocanada de humo, lo que hace que Oikawa frunza el ceño.

—No deberías fumar —murmura intentando no desviar su atención hacia los músculos claramente visibles bajo la camiseta ajustada de Hajime.

—¿Por qué? ¿Te molesta, princesa? —Iwaizumi se da la vuelta con una sonrisa burlesca y Oikawa deja caer su bolso junto a la cama del castaño, poniendo los ojos en blanco al escucharlo.

—Necesitamos concentrarnos, nos estamos atrasando —murmura con los brazos cruzados, dedicándole una mirada expectante.

Esta vez no dejará que las cosas terminen como la última vez.

—¿Y de quién es la culpa? —pregunta Iwaizumi antes de darle otra calada a su cigarro mientras Oikawa intenta no sonrojarse.

—Tuya —porque, en su defensa, fue él quien lo besó. Claro que Oikawa lo estaba provocando, pero técnicamente, es culpa de Iwaizumi caer y ceder ante sus provocaciones. Hajime sonríe antes de dar algunos pasos hacia adelante con una postura relajada, contraria a la intensidad que se reflejaban en sus ojos color oliva.

Todo comenzó en detención ; haikyuu múltiples shipps.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora