24. Lo siento.

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Lo que más alivia a Suga, es que el parque está mucho más cerca que la biblioteca

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Lo que más alivia a Suga, es que el parque está mucho más cerca que la biblioteca. No está seguro de por qué Daichi quería trabajar al aire libre, en realidad, no dio muchas razones, y solo dijo que sería agradable, algo que el peligris no puede negar.

El sol golpea en lo más alto mientras pocas nubes pintan el cielo, pero la brisa fresca que sopla evita que el calor los sofoque. Cuando Suga llegó, Daichi ya estaba instalado en una mesa de picnic con su cuadernillo en mano, dibujando. El sonido de los pasos de Koshi sobre las hojas que indican pronto la llegada del otoño, hace que el castaño levante su mirada de su cuaderno de bocetos, sonriendo levemente cuando nota a Sugawara, quien ignora lo que este le provoca. El peligris está acostumbrado a las sonrisas molestas o burlescas de Daichi, no a... esto, fuese lo que fuese.

—Hasta que apareces —exacto, a esto estaba acostumbrado, su manera de bromear y tomarlo del pelo. Sin embargo, es la molestia la que borra... lo que sea que haya sido, haciendo que Suga lo mire con el ceño fruncido mientras toma siento frente al castaño.

—Llegué cinco minutos antes de la hora que acordamos, así que cierra la boca —ante sus palabras, Daichi se ríe—. ¿Llegaste hace mucho? —pregunta mientras desempaca sus cosas, por lo que el castaño vuelve a su cuaderno de bocetos, añadiendo detalles a un dibujo que, sorprendentemente, no es de Suga.

—No lo sé, tal vez como veinte minutos —sabe que no debería sentirse mal teniendo en cuenta que habían acordado reunirse a cierta hora, por lo que se sacude la culpa de sus pensamientos mientras prende su computadora.

—¿Avanzaste el trabajo en este tiempo? ¿O simplemente dibujaste? —Daichi sonríe, pero sus ojos se mantienen fijos en el sombreado del árbol que dibuja.

—Adivina.

—Bueno, termina con eso para que trabajemos.

—Relájate, te prometo que no nos atrasaremos —Daichi le asegura mientras deja su lápiz sobre la mesa y le dedica a Suga una sonrisa tranquilizadora. El peligris solo lo mira unos segundos antes de volver su atención al computador frente a él.

Sabe que el castaño tiene razón, a pesar de que no han avanzado mucho la última semana, están bastante adelantados y aún quedan dos semanas para terminar. Mientras sigan el mismo ritmo, probablemente acabarán con tiempo de sobra.

Pronto, ambos quedan inmersos en el proyecto e intercambian opiniones e ideas mientras toman notas. Suga había comenzado a buscar fotos para la presentación mientras Daichi buscaba citas en internet, sin embargo, el peligris lo nota inquieto; una de sus piernas no deja de moverse y sus dedos golpetean sobre la mesa mientras lee. Lo observa respirar de manera lenta pero profunda, intentando calmarse, y allí, Suga hace click, resoplando antes de responder.

—Puedes fumar si quieres, Daichi —los ojos del castaño rápidamente se encuentran con los suyos, guardando silencio por un segundo antes de sonreír y chasquear la lenta. 

Todo comenzó en detención ; haikyuu múltiples shipps.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora