Violette

Capítulo 34 Si no está firmado con sangre no te puedes llevar su alma

Aquel hombre había mostrado mucho interés en mí, a pesar de haber nacido pobre, era de todos mis compañeros el más letrado y de entre los tres candidatos presentados ante él, se decía que era yo el más parecido a su recién fallecido hijo, que le fue arrebatado por una enfermedad desconocida.

-¿Crees que te adoptara entonces?- Viole estaba preocupada, era algo normal, aún era posible que alguien quisiera darme su apellido a grande edad.

-Probablemente, pero eso no cambiara nada, aun si me voy antes tomare la herencia de su casa y volveré por ti cuando sea hombre- le tome de la mano, aunque estábamos recostados en mitad de la noche, desobedeciendo las reglas de nuevo, esto no era más un crimen –mantendré mi promesa así que debes esperarme, no será mucho-

-Dices eso después de declarar como sufres cada mañana por alejarme de tu lecho ¿podrás siquiera sobrevivir el primer día sin mí? -

-Haré lo que pueda y si esta oportunidad me convertirá en alguien más digno de ti, la tomare sin dudarlo, porque sé que me esperaras Viole, yo lo sé-

Lo cierto fue que no tenía ni idea de lo que pasaría.

Dos días después de habernos visitado, aquel hombre mando a su mozo para pedir que, bajo el permiso de las monjas, me dejaran partir con él cómo su nuevo hijo, mejor dicho, como un sustituto de aquel. Guarde de prisa lo poco que me pertenecía y antes de salir en el carruaje corrí a los campos a buscar a mi Viole, ella retenía con sus manos la congoja de su pecho, dejando que el viento le volara el cabello para cubrir sus ojos a punto de turrón.

-Viole, volveré por ti cuando sea mayor- le tome la mano que apretujaba sus ganas de llorar y deposite aquella roca de negro he infinito lazo –y haré que tu corazón deje de sentirse solo, así que no llores mucho y espérame-

-¿Por qué prometes cosas que no podrás cumplir?- ¿Aquello significaba una sentencia de nuestro final acaso? ¿Cuánto de verdad creía en mi para esperarme? –deja de decir tonterías y vete... sin volver la mirada hacia mí-

¿Cómo sería eso siquiera posible? Si todo me atraía de vuelta a su faz –te lo juro con mi vida Viole- afirme sosteniendo su mano sobre la camisa por encima de mi corazón –te amo-

Esas fueron las últimas palabras que dejé a su cuidado antes de que mi futuro me arrastrara, no fueron sorpresas ingratas las que recibí, pero sí que rompieron el balance de mi ser.

Aunque aquel hombre vestía como alguien adinerado jamás considere la posibilidad de que fuera alguien tan cercano a la corona.

-Sé que esto puede ser difícil para ti, pero si te esfuerzas, se volverá más una oportunidad que una sentencia- a pesar de que el duque Deán me hablaba frente a frente con fortaleza, era capaz yo de sentir que su corazón aun le dolía, después de todo, su hijo había sufrido mucho antes de partir –nadie dudara de tu identidad, pues solo yo y mi difunta esposa conocimos el rostro de mi hijo y como te darás cuenta, no hay más sirvientes aquí que aquel hombre que te trajo, quien es de toda mi confianza, así que no deberás batallar con dudas-

-Si me permite preguntar ¿No dudaran los demás de una recuperación tan pronta? -

Era verdad que causaría sospechas presentar a un hijo fuerte y sano en sociedad, cuando siempre se le oculto de los curiosos -¿Qué sugieres entonces?-

-Me fingiré convaleciente otro poco y debemos trae a alguien que finja ser médico, pasando los días que se convertirán en meses habré de recuperarme, por momentos me vera la nueva servidumbre fuera de mi habitación o tomando sol en el jardín, ellos serán testigos de mi lenta pero segura recuperación. Si alguien le cuestiona por la nueva adquisición de sirvientes admitirá verse rebasado por mi enfermedad y el luto que aún guarda-