»Día de niños.

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No recuerdo haber soñado con absolutamente nada, pero tenía la extraña sensación de que lo había hecho. Cuando abrí los ojos, toda la habitación se encontraba a obscuras ¿Sería aun de madrugada? - Katy - llame a mi amiga mientras giraba y tentando las sabanas me daba cuenta de que ella ya no estaba. Me reincorpore sobre los codos y estirando la mano tome el celular que reposaba en el buro. Eran exactamente las siete en punto de un sábado. Di un salto en la cama, hoy tenía que asistir al trabajo y era lo que me daba energía. Me di una ducha rápida, eliminando el color neón, el maquillaje, las lágrimas saladas y el dolor, aunque este último no por completo. Tome unos shorts de mezclilla ajustados y deslavados, una playera a cuadros y los botines de la noche pasada. Deje el cabello suelto para que secase, maquille mi rostro pálido cual hoja de máquina y baje las escaleras. Cruce el vestíbulo y gire para ir directo a la cocina, me sorprendió ver a mi padre y su... novia, preparando el desayuno y a mi querida amiga sentada a la barra muy atenta a su celular.

Anthony beso a Melissa y yo no pude evitar sentirme incomoda, retire la mirada, pero ya era demasiado tarde, ella me había visto. Se separó de mi padre - ¡Ey cariño! Has despertado. Siéntate, el desayuno está casi listo y tranquila, prometo dejar tu cocina limpia en cuanto terminemos - Mi cocina, se escuchaba tan extraño eso, yo nunca le había llamado así, pues seguía aferrada a la idea de que aquel apartamento era de mi padre puesto que él lo había pagado. Yo solo lo utilizaría durante las vacaciones - No hay problema señora Deakin...

Querida, nada de formalidades, puedes llamarme Melissa - claro, no lo creía; al menos no por el momento. Asentí como respuesta y tome asiento frente a mi amiga quien seguía sin mirarme. ¿Qué de interesante tendría su celular como para ni siquiera saludar? ¡Esperen! Ese no era su celular - ¿Qué ese no es mío? - cuestione inclinándome lo suficiente sobre la mesa para examinarlo. Katy asintió despreocupada y después de dar un par de tecleos me lo devolvió. La mire mal y ella solo atino a sonreírme largamente. Que idiota. Papá arrastro un plato lleno de frutas con granola frente a mí y otro frente a mi amiga quien no tarde en comenzar a devorarlo todo. Se veía que estaba hambrienta y no la culpaba, habíamos pasado al menos 10 horas sin probar bocado.

Anthony y Melissa tomaron asiento juntos trayendo consigo un plato de tocino y una jarra de jugo de naranja recién extraído - ¿Qué tal has dormido Melissa? - cuestiono la de ojos chocolates aunque se suponía que yo era la que haría las preguntas - Que te puedo decir, eh caído rendida en cuanto eh puesto la oreja sobre la almohada - note un extraño acento provenir de sus labios y entonces sin más me anime a preguntar - ¿De dónde eres Melissa? Ese acento tuyo... - la interpelada me miro. Sus ojos eran chocolates soñadores, como los de una niña y su sonrisa, ni se dijera - Oh, yo nací en California pero pase gran parte de mi vida en México, así que... - encogió sus hombros como si no le importase su acentillo norteño - lo conservo.

Le dedique una media sonrisa y volví a mi plato; tenia tantas cosas que preguntarle, pero tendría que largarme a trabajar en cualquier minuto. Desayune toda la fruta, bebí completo dos vasos de naranjada y cuando observe el reloj salte de mi asiento - ¿Qué sucede? - cierto. Mi padre no sabía exactamente los horarios de mi trabajo - Ahm, en verdad desearía poder seguir hablando con ustedes, pero tengo que ir a trabajar a la biblioteca. ¿Les parece una cena por la noche? - Ni siquiera los deje responder - Vamos Katya, te dejare de camino al trabajo - mi compañera me siguió a regañadientes, corriendo por su bolso en la planta alta y alcanzándome en el elevador.

¿Y...? - alargo la consonante optando una posición 'cómoda' en una esquina de aquel lugar. No respondí, sabia a la perfección a lo que se refería - Danielle, no puedes solamente cerrar la boca para siempre. No te pongas como crio y enfrenta las consecuencias. Si quieres volver a verlos, ahora tu serás la que tengas que luchar por ellos ¿Comprendes? Deja tu orgullo atrás de una jodida vez, que él no te llevara a nada. ¿Y sabes qué? - El elevador reabrió sus puertas - No necesito que me lleves yo puedo sola - Ni siquiera me dedico una mirada cuando me arrebato las llaves de las manos. Realmente que estaba malhumorada. Suspire y les dedique una mala mirada a unos cuantos curiosos que se presentaban. No iba a salir corriendo de tras de ella si era lo que quería. Yo también tenía dignidad y orgullo más que nada. Acomode mi bolso y camine rumbo a la salida. Otra vez, volvería a los taxis. En fin.

Una vez más, ¡Admítelo Preston! ✔✔ [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora