Red Moon //Sasusaku, Naruhina, Saiino, Nejiten, Shikatema//

20. Missing

La mañana llegó con una brisa cálida, los guardianes y los demonios no habían pegado el ojo en toda la noche. Sakura se incorporó de su cama y movió el cuello, estaba adolorida, suspiró y se dirigió al baño por una ducha.

Eligió unos shorts de Jean con una camiseta azul y sandalias, no entrenaría, estaba totalmente cansada de pies a cabeza, debía guardar energías para esa noche.

Abrió la puerta de su habitación y el disturbio de voces y risas llegó a ella de inmediato. Sonrió de lado y caminó por el largo pasillo que daba a las escaleras, pero antes, algo llamó su atención. La puerta de la habitación de visitas estaba entreabierta, observó por la ranura a Sasuke, él observaba su anillo con aparente nostalgia, no llevaba nada mas que simples pantalones de pijama.

- Entra -dijo su voz con gravedad, Sakura se estremeció y se incorporó sorprendida.

- Yo... Este... la puerta estaba abierta -se apresuró a decir con tono nervioso abriendo la puerta, un aroma a perfume de hombre la invadió, el mismo aroma que había sentido cuando lo conoció en el pub, era increíble que ya hayan pasado como un mes y medio de ese momento.

- Sí, yo la dejé así, presentía que tu curiosidad acabaría por traerte hasta mí.

Ella lo miró desconcertada.

- ¿Querías que hablara contigo? -él asintió- Ya, quieres disculparte por ser un idiota, ¿Verdad? -preguntó con una sonrisa burlona.

Sasuke rodó los ojos y gruñó.

- ¿Por qué debería de hacerlo? Eres tú la que se comportó como una niñita y no quiso escuchar.

Sakura borró la sonrisa de su rostro, se cruzó de brazos y puso expresión exasperada.

- ¡Tú viniste todo tranquilo a darme una noticia escalofriante! "Hola Sakura, ¿Qué tal? Solo vine a ver como estabas, oh, ¿Y sabes qué? Soy un vampiro y antes mi misión era matarte" -levantó los pulgares - ¡Que buena forma de que el chico que te gus...

Calló, se dio cuenta de lo que estaba a punto de decir y cubrió su boca con la mano. Sasuke sonrió de lado.

- ¿Qué dijiste?

- Nada -respondió ella mordaz y avergonzada- No dije nada, olvídalo.

- Dijiste que yo te gustaba -él fue el que se cruzó de brazos ahora, su expresión cambió a una de diversión.

- ¡No es cierto! -gruñó- Jamás me gustaría un egocéntrico engreído como tú.

- Claro -él rodó los ojos de nuevo y se acercó a ella a paso lento, los ojos de Sakura lo miraban con cautela mientras que sus mejillas parecían a punto de explotar- Entonces... ¿No te parezco atractivo?

Ubicó sus manos a cada lado de su cabeza contra la puerta, sonriendo con sorna, mientras que Sakura luchaba por no dejar salir sus nervios. Dios, ni siquiera lleva camisa. Pensó, pudo observar sus marcados abdominales contraerse.

- N-No -susurró, pero no parecía convencida- No eres mi tipo.

- Hmp -sus dientes eran blancos, tenía una perfecta sonrisa y solo así de cerca Sakura pudo distinguir que sus colmillos eran un poco más largos y puntiagudos que sus otros dientes. Él lo notó- ¿Quieres verlos? -preguntó de repente.

- ¿Q-Qué? -preguntó desconcertada.

- Mis colmillos -rió él con burla- Tierra a Sakura.

- Estoy prestando atención, tonto -lo riñó, pero no parecía un insulto, sino algo un poco más cómodo- Sí, quiero verlos.