40. Identity

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Naruto se frotaba los brazos cuando el viento irrumpió en la colina, tanto él como sus amigos habían llegado a la cima y estaban parados frente a la enorme y oscura puerta de madera; la mansión era inmensa, contaba con tres pisos y un jardín hermoso, aunque en medio de la noche parecía más bien lúgubre.

—Son las dos y treinta de la mañana —se quejó Shikamaru—¿no habría sido mejor esperar a que salga el sol?

—No! —gritaron Naruto y Temari al mismo tiempo.

— ¡No pienso pasar mas tiempo en este horrible lugar, Shikamaru! —chilló Naruto y se estremeció, que bueno que Hinata se había quedado en la seguridad de la posada y no los había acompañado. Había vivido toda su vida en el infierno, pero habiendo probado la buena vida y el amor, le era difícil volver a ese tiempo, incluso mentalmente.

De repente, un chillido feroz se alzó por encima de los gemidos del viento, la puerta de madera comenzaba a abrirse y, detrás, un hombre viejo y de ojos caídos los observó no muy contento, estaba vestido de mayordomo y casi no tenia cabello alguno. Naruto tragó saliva al momento en que el hombre de edad ubicaba sus pequeños y desganados ojos sobre él y sus amigos, Temari lo miraba con curiosidad y algo de desconfianza, mientras que Shikamaru sólo lucía muy aburrido, pero también con una gran determinación para resolver el misterio.

—Buenas noches —habló el Nara pausadamente, observó al viejo y pudo ver claramente su fecha de muerte en aquellos ojos, cosa que solo pasaba con la gente muy vieja o que ya tenía pase directo al cementerio.—Estamos aquí para ver al señor Icabot Crane.

Él hombre sacó un reloj de bolsillo y observó la hora, molesto, para luego volverse a ellos y toparse con los ojos brillantes de Temari, quien se había apoderado de su cabeza al momento en que sus orbes habían captado su objetivo. Ajeno a su conciencia, el anciano asintió ausente y los guió dentro de la mansión, dejando gemidos a su paso por los tablones viejos y gastados.

Los tres se lanzaron una mirada y lo siguieron adentro. La casa era increíblemente grande, los suelos de de madera, aunque vieja y podrida, aun conservaba parte de su antiguo esplendor, estaba brillante y reflejaba el fuego que ardía en la chimenea muy claramente; las paredes estaban cubiertas por papel de colores oscuros y sombríos, mientras que la única luz provenía de aquel ardor de fuego, una escalera blanca se alzaba frente al vestíbulo, dejando ver pasillos adornados con elegantes pinturas y velas largas derretidas a largo de él.

—Wow —susurró Temari, sintiéndose momentáneamente intimidada por la exquisita y lúgubre decoración de la mansión. Siguieron al mayordomo por las escaleras y éste se detuvo, poniendo una vez más su mirada cansada en los forasteros.

—El señor Crane cuenta con un despacho personal  —informó el hombre, aun bajo el poder de la guardiana.- si son tan amables de subir las escaleras al ático, lo encontrarán ahí, seguro.

El hombre bajó una vez más las escaleras con lentitud y los tres responsables suspiraron al unísono, que formalidad. Shikamaru hizo un gesto con la cabeza y ambos lo siguieron, percatándose casi instantáneamente de la presencia de una joven escondida en el pasillo tras ellos, no prestaron mayor atención y se dirigieron al lugar, dejando confundida y temerosa a Katrina Van Tassel, quien observaba embelesada a los hermosos extraños frente a ella. ¿Quienes podrían ser?


(...)

Sakura presenció, con los ojos desorbitados, la manera en que la cabeza de su amado caía rodando al lodoso suelo del bosque; un temblor oculto le invadió el cuerpo al punto en el que sintió que su corazón dejaba de latir, que se detenía y se partía en mil fragmentos. Los labios se separaron debido a la conmoción y el terror mientras la incredulidad y el dolor se apoderaban de sus ojos verdes.

Red Moon //Sasusaku, Naruhina, Saiino, Nejiten, Shikatema//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora