Lo único que oía era un tipo de gotera a lo lejos, un dolor profundo se apoderó de su cabeza mientras se incorporaba y se sentía mareado. Sus ojos azules se abrieron y se encontró a sí mismo en un pasillo oscuro y húmedo, el agua le llegaba a los tobillos y el olor a basura era alarmante. Ya sabía en donde estaba.
Oyó ese gruñido de nuevo, aquel sonido tan característico de él, la criatura a la cual se le había sido encomendado desde que nació: Kurama, el zorro de las nueve colas.
Corrió hacia el sonido, alarmado, si Kurama lo había llamado era por algo, casi nunca se molestaba en advertir a Naruto de su presencia.
Dobló varios pasillos y esquivó algunas tuberías, hasta que la habitación se halló frente a él. El sudor caía por su espalda mientras respiraba entrecortadamente, elevó la mano y empujó la puerta roja. Unos ojos endemoniados le dieron la bienvenida, eran rojos y sangrientos.
Kurama gruñó y sus enormes fauces se mostraron tras la reja ya sin sello alguno. Naruto apretó los puños y caminó hacia él, sus zapatos zambullían en el agua estancada mientras sus labios se volvían en una línea firme.
- ¿Me llamaste, acaso? -preguntó directamente, hacía muchos años dejó de temerle a ese animal, dejó de sentir la desesperación y angustia que se hacía presente cada vez que este lo llamaba, y fueron reemplazados por un solo sentimiento: poder. Porque Naruto era quien ponía las condiciones, Kurama estaba totalmente bajo su control.
El animal volvió a gruñir, como era costumbre.
- ¿Acaso estas de mal humor, mocoso? -preguntó el zorro, el rubio sonrió de lado.
- Al parecer es al revés -suspiró- ¿Qué es lo que quieres? Tengo prisa.
Kurama lanzó algo parecido a un bufido.
- Sólo quieto preguntarte, Naruto -comenzó- ¿Qué es lo que pretendes al ayudar a esos... esos... seres? -preguntó con tono asqueado- Tú eres mejor que todos ellos, no debes hacerle favores a nadie.
- No estoy haciendo favores, Kurama. Yo no hago favores a nadie. Esto es por mí...
- Es por la chica
- La chica es todo para mí -gruñó- He llegado a sentir algo más que odio, simplemente no lo puedo evitar, Kurama, ella es diferente a todo lo que conozco, ella es pura y especial.
- Claro que es pura, idiota, es mitad ángel.
- Es más que eso, Hinata es alguien especial aún sin poderes.
Kurama calló un momento, planeando lo que iba a decir. Odiaba de sobremanera que Naruto, su contenedor y algo parecido a "amigo" esté con esos santurrones.
Además, estar con esa mujer era peligroso, solo Kurama y algunos afortunados sabían del tormentoso pasado de Kurenai Anhel, su madre, en ese entonces, conocerla era como estar en contra del cielo y del infierno al mismo tiempo.
Flashback
Kurama había tomado la forma de un hombre, en esa época, estaba muy de moda subir a la tierra a hacer el mal, era la época del pecado, de la discriminación y la poca cordura. La Tierra era el entretenimiento de todos.
Dejó tirada a esa mujer humana en el callejón mientras le arrojaba un billete y encendía una pipa, metió las manos en los bolsillos y caminó por la acera en aquella noche de neblina, era 1899, y sabía que el reinado de Victoria llegaría a su fin, por lo que habría mucho más caos.
Sonriendo, llegó hasta el burdel en el que sus amigos lo esperaban para pasar la noche, era un lugar de reunión para verdaderos asesinos, violadores y todo tipo de delincuentes, lugar que a los demonios les encantaba.
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Red Moon //Sasusaku, Naruhina, Saiino, Nejiten, Shikatema//
FanfictionLos Ángeles son espíritus bondadosos que sirven como representantes de Dios en la tierra, ayudan a los humanos y los protegen de las tinieblas. "La profecía lo dice claramente: El primero de Diciembre del año 1900 nacerán cinco niños o niñas, reenc...