Madara había tenido mucho que hacer durante aquella larga temporada, no había visto a sus pupilos desde hacía mucho, así que le sorprendió encontrar la casa vacía y sucia, ¿A dónde habían ido? Tampoco había señales de que alguien hubiera vivido ahí por días.
Dejó sus pertenencias en la entrada y comenzó a recorrer, esos chicos estarían en problemas, ¿Cómo habían avanzado con las guardianas? ¿Acaso alguno ya había cumplido su cometido? En el infierno era un caos, Madara había ido a la reunión del consejo principal, cuyo jefe era nada más y nada menos que el diablo en persona, un desorden ocurría allí abajo, Lucifer sabía que uno de los miembros del consejo lo había traicionado y trataba de hacerse con el imperio, pero no sabía quién.
El consejo estaba formado por un vampiro, Madara, un hombre lobo llamado Jintao, un demonio mayor llamado Kong, un hechicero llamado Han y, por último, un representante de la muerte. Lucifer se había mostrado muy cuidadoso y suspicaz con los miembros, uno de ellos le había traicionado y Madara sabía muy bien que el susodicho tendría un doloroso y largo castigo. Y también sabía de quién se trataba, pero era mejor mantener la boca cerrada y salir de la situación con guante blanco.
Madara suspiró.
- Creo que después de todo, esta misión no tiene sentido.
Pero pensó, no podía él ni sus chicos manejar el infierno, seria un caos, pero él quedaría bien parado si le entregaba al amo a esas niñas, tendría puntos a favor y sabía que el diablo no dudaría de su palabra. Sí, seguía teniendo sentido, solo tenia que evitar que Han las tuviera y listo.
Pensando en la situación, no se percató de que la puerta estaba sonando, se incorporó extrañado y la abrió. Elevó una ceja al ver a ambas jovencitas paradas en su puerta. Las dos se veían nerviosas y asustadas, y si, era por su presencia, sabía que no muchos humanos toleraban verlo, y mucho menos dos niñitas.
- ¿Necesitan algo... jovencitas? -preguntó él con voz amable, o un intento de esta.
La pelirroja habló:
- Hm, bueno, ¿Su nombre es Madara, no?
- Señor Uchiha para ti, niña -gruñó ofendido, que insolentes- ¿Qué quieren?
- ¿Usted es el tutor de Naruto-kun y los demás? -preguntó ahora la rubia, Madara asintió sin emoción.
- Bien -se aclaró la voz Karin- Tenemos algo que decirle -y ahora sonaba maliciosa- ¿Está enterado de la relación amorosa que sostienen sus... hum... protegidos?
Madara frunció el ceño y comenzó a prestar atención.
- Explícate, niña -demandó sin humor, ¿quienes eran esas insolentes y maleducada muchachitas mortales? Ni siquiera su sangre le era muy antojable.
- Los chicos, Sasuke, Sai, Neji, Shikamaru y Naruto, tienen una relación con las hermanas Anhel, ¿Lo sabía? Todo el día andan juntos, de la mano y toda la cosa.
Madara las observó, procesando la información. Sus ojos se volvieron rojos y ambas chicas lanzaron chillidos, pero no se movieron. ¡Esos mocosos! ¿Cómo se habían atrevido? Los escogieron a ellos, de todos los demonios, para exterminar a esas niñas ¡Y salen con que tienen una relación! ¿Quién lo diría? Faltaba unos meses y todo se ponía de cabeza.
Debía hacer algo rápido para tener a esas niñas, ya. Observó a ambas chicas que tenía enfrente y sonrió de lado... ya sabía lo que tendría que hacer, sería contra las reglas, pero ¿Quién las seguía realmente?- Y bueno, chicas -habló pausadamente- ¿Ustedes sientes algo por mis chicos?
De repente, tanto Karin como Shion se sonrojaron. ¡Ja! Pobres mortales, esclavas de sus sentimientos.
ESTÁS LEYENDO
Red Moon //Sasusaku, Naruhina, Saiino, Nejiten, Shikatema//
FanfictionLos Ángeles son espíritus bondadosos que sirven como representantes de Dios en la tierra, ayudan a los humanos y los protegen de las tinieblas. "La profecía lo dice claramente: El primero de Diciembre del año 1900 nacerán cinco niños o niñas, reenc...