Red Moon //Sasusaku, Naruhina, Saiino, Nejiten, Shikatema//

18. Advice

Itachi volvió a la realidad y sacudió la cabeza, tomándose el tiempo para divisar en donde se encontraba. Se incorporó de la pequeña cama y acomodó su camisa negra, sentía un profundo dolor en su interior, uno que le quemaba en el medio del pecho; pero parecía ajeno, no era parte de él, y enseguida supo a quien pertenecía. Su hermano estaba sufriendo.

Sasuke.

Salió de la habitación con rapidez y luego de la casa, el sol brillaba con intensidad y él gruñó, sólo haría sus poderes más lentos. Cerró los ojos mientras ingresaba al bosque y trató de saber en donde estaba su hermano, pronto pudo sentir su presencia al otro lado del pueblo.

- Bingo -susurró y corrió con la velocidad sobrehumana de la que era dueño, con elegancia y finura. Como él era.

Luego de unos tres minutos buscándolo, lo halló en lo más alto de una montaña, estaba horrible, su ropa manchada y rota, su rostro frío... y sus garras se podían distinguir entre la piel humana.

- Sasuke -dijo él con sorpresa mientras iba hacia él- ¿Qué hiciste?

Él no se inmutó, simplemente se dedicó a ver el horizonte iluminado, aquella noche había pasado y él no pudo soportar esa humillación, así que se dedicó a cazar.

- Vete -expresó seco- Quiero estar solo.

Itachi suspiró.

- No empieces a actuar como un niño -ahora él mantenía expresión irritada e impasible- Tengo algo muy importante que decirte.

- Si es algo relacionado con ella... no lo quiero saber, cree que se las puede arreglar muy bien sin mi ahí protegiéndola.

- Pero...

- Ya lo dije -interrumpió- No me interesa protegerla, ya no.

Itachi gruñó y el Sharingan apareció en sus ojos, en un segundo ya tenía a su hermano agarrado del cuello.

- No pienses que me creeré eso -escupió- Un día amenazas con matarme si pienso hacerle daño ¿Y ahora? ¿Te vas a rendir así nada más porque te dijo un par de cosas hirientes? Ese no es el hermano que conozco.

- Estoy harto de querer hacer del bueno. Soy un demonio, Itachi, estoy condenado.

- Hermano -comenzó, su agarre se aflojó- Recuerda muy bien que una sola decisión puede cambiar todo, el destino sólo traza el camino, nosotros decidimos si seguirlo o no. Podemos hacer uno propio.

>> Ahora ella está herida, te necesita más de lo que crees -lo soltó- Las mujeres son seres complejos, sólo debes explicarle.

- Pero no me escucha.

- Trata -su rostro se endureció- Por lo menos hay que decirle a la mayor. Han ya sabe donde esta el libro.

(...)

- Sólo por hoy -volvió a repetir Tsunade a las cinco chicas sentadas en los sofás de la sala, era un día soleado, pero faltarían a la escuela, últimamente estaban muy extrañas y deprimidas. Tsunade sabía que la razón era obvia, chicos, y tenía que saber quiénes eran. Haruka se lo había pedido.

- Lo sabemos -dijo Ino leyendo una revista de moda- Ocuparemos el día en entrenar.

- Claro -rodó los ojos.

De repente el teléfono de la casa comienza a sonar, Tsunade frunció el ceño y caminó hacia la pequeña mesa al lado del escritorio.

- ¿Bueno? -preguntó.

- Tsunade

- ¿Haruka? ¿Qué pasa? -se asustó la rubia, Haruka había dicho que solo llamaría si surgía algo extraño con el libro.