- Voy tarde, voy tarde - Ino metía los libros en su casillero con rapidez, las clases habían terminado hacía diez minutos y sus hermanas probablemente estarían a punto de dejarla, no sería la primera vez- Joder -Chilló cuando la mitad volvió a caer. Se arrodilló a recogerlos lanzando maldiciones, seguro que la habían dejado.
- No sabía que las damas podían decir tantas malas palabras en tan poco tiempo, claro, si es que eres una- Ino frunció el ceño molesta y se volvió para poner en su lugar a aquel patán.
- Vete de aquí si solo estas para... -Calló al ver al apuesto chico frente a ella, estaba parado en una postura relajada y manos en los bolsillos. Era de una piel increíblemente blanca y ojos y cabello negros amarronados.
- ¿Para? -Sai sonrió un poco al ver como la rubia lo escrutaba con la mirada con mucha sorpresa. Ino recogió todos los libros y los volvió a meter en el casillero, se arregló el cabello suspirando y vio al chico con una mirada de furia, él ni siquiera la ayudó ¡Que caballero!
- Para molestar y ser un idiota -Dijo secamente y dándose media vuelta, podía ser todo un adonis, sí, pero ella no se rebajaría, no caería a los pies de un idiota como aquel.
- Hey, olvidas tu celular -Ino se detuvo y apretó los labios, con la cabeza bien alta se volvió de nuevo y caminó hacia él, se puso frente al extraño y extendió su mano.
- Gracias -Dijo firme y le dio la espalda dispuesta a irse, pero Sai la tomó de la muñeca.
- Siento si te molesté -A Sai le costaba ser dulce, nunca tuvo que serlo con nadie, tampoco nadie nunca lo fue con él- Aveces no tengo tacto.
- Pues -Carraspeó- Descuida, los chicos patanes no son una sorpresa hoy en día.
- ¿Qué antes eran diferentes?
- Pues sí, ellos... -Se detuvo, se suponía que ella no sabía cómo eran antes.
- ¿Qué? -Sai sonrió, esa chica se descubría sola- Descuida. Soy Sai -Le extendió la mano que ella estrechó.
- Ino -La rubia suspiró- Tengo que irme, de seguro mis hermanas me estarán a punto de irse.
Ino se despidió algo incómoda de Sai y caminó hacia la salida, le daba miedo en cierta forma, tenía un aura fría y su rostro no mostraba sentimientos. Debió haber de sufrido mucho. Apretó la correa de su bolso y salió al estacionamiento donde la luz del sol le dio al rostro, ella cerró los ojos y suspiró, buscó el auto con los ojos y sonrió al ver a sus hermanas esperándola.
- ¡Vamos, retrasada, llevamos una eternidad aquí! -Gritó Sakura, Ino corrió hasta ellas y todas menos Temari fueron a su casa, comenzarían a entrenar.
(...)
- Debe haber algo por aquí -Temari movió sus ojos a lo largo de esos títulos, debía haber algún libro viejo que hablara de esa profecía o ese libro que su madre quería proteger, pero no sabia por donde comenzar.
Tomó un libro de supersticiones y cuando lo sacó del enorme librero oyó un golpe, había echado otro libro al tomar ese, lo recogió, era de una tapa completamente negra, no había ningún título o autor.
- Esto debería estar aquí por alguna razón -Abrió el polvoriento libro y observó con asombro de lo que hablaba, se trataba de la primera batalla de los Ángeles contra los demonios y había muchísimos capítulos diferentes como las leyendas de los mismos ángeles y algunos objetos celestiales. Lo puso en su mochila y se despidió de la bibliotecaria, iría a leer a su casa.
Estaba tan alegre que no veía por donde caminaba. Ni quien la observaba.
- Señorita Temari -Esa voz la detuvo e hizo que se estremeciera, lo miró y tragó saliva, una mezcla de miedo y mariposas se mezclaban en su estómago ¿Cómo alguien podía hacerle sentir eso?
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Red Moon //Sasusaku, Naruhina, Saiino, Nejiten, Shikatema//
FanfictionLos Ángeles son espíritus bondadosos que sirven como representantes de Dios en la tierra, ayudan a los humanos y los protegen de las tinieblas. "La profecía lo dice claramente: El primero de Diciembre del año 1900 nacerán cinco niños o niñas, reenc...