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Patrick

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Patrick...

Había estado esperando por ir a verla dos días, dos que parecían no terminar. Desde su huida y posterior, haber hecho que me sacaran de la cocina donde estábamos hablando. Mi ansiedad me comía la cabeza.

Sumado a que jamás había visto ese lado de Rell, esa determinación y postura, capaz de hacer que cualquier persona temblara ante su pedido. O más bien, ante su orden.

Tuve que salir a responder ya que se trataba de parte del plan que haba armado con sumo cuidado. -Prepara todo para mañana, quiero que todo quede listo ya que voy a irme de vacaciones con mi esposa- termine la conversación con el gerente de la sucursal de New York.

Acomode mi traje, ingresando de nuevo a la pastelería. Camine hasta nuestra mesa, pero solo quedaba mi comida y el plato a medio comer suyo. Tampoco estaba por ningún lado aquel bonito bebé o su carriola. Fruncí el ceño, sentándome a esperar, creyendo que solo había surgido algo con el niño y tuvo que ir a la cocina de improviso.

Me quede allí cerca de una hora más, viendo cada tanto hacia atrás, esperando a que llegara. Pero no lo hizo, Rell no volvió. Iba a pararme a preguntar dónde estaba a sus empleados, pero Jack llego corriendo hasta mí.

Se detuvo enfrente de la mesa y espero a recomponer su cuerpo -Señor... señor ¿qué hace aquí? -

Arrugue la frente -¿no puedo venir a ver a mi esposa?-

Me observo confundido -es su ex esposa, Señor Duke.-

Escuche esas palabras -solo...

-Señor, tenemos una reunión. Debe irse-

-Puedo esperar-

-Señor, no lo haga más difícil para ella- fue la primera vez que lo escuche defender a mi esposa.

Una empleada, la que conocí como la madre de aquél bebé. Apareció -Si no va a consumir nada de aquí, debe retirarse caballero-

-Espero a mi esposa, seguro esta con tu bebé-

-¿Bebé?- como podía ser que ella no recordara a su propio hijo. Al ver mi seriedad, respondió rápidamente -si mi hijo, está dormido y la jefa ya se fue-

-¿Se fue?- vi hacia todos lados -no la vi salir-

-tenemos una salida para empleados en otro lugar. Repito, si no va a consumir nada, debe irse-

Me levante a regañadientes, saliendo con Jack.

Entendía que Rell no me quisiera ver, pero irse y dejarme plantado, no era propio de ella. Seguramente Elisa le estaba llenando la cabeza en mi contra y eso significaba que podía perderla. Cosa que no estaba dispuesto a dejar que pasara.

El camino hasta la oficina fue silencioso, mi asistente iba metido en su móvil, y yo miraba por la ventanilla. Cuando bajamos, Charlotte estaba allí.

El Precio de tu CariñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora