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Patrick

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Patrick...

Mi móvil no tenía señal en ese lugar, y por consecuencia, no podía recibir reportes del escolta que estaba a cargo del cuidado de mi esposa. Habían pasado cerca de dos días y podía ver como la relación que había envidiado en primer momento, se veía mas como la mía con Rell.

La esposa de Sebastián lo evitaba lo más que podía y solo en escasos momentos se comunicaban, todo relacionado con los gemelos. Su interacción se volvía cercana en casos excepcionales, como cuando los niños querían jugar con todos nosotros, o cuando teníamos que comer.

Los días parecían pasar de manera muy lenta, como si un minuto durara una hora. Quizás era la falta de ella, o solo el hecho de que al no poder saber nada sobre mi mujer, me estaba matando. El maldito nombre de Ethan rondaba en mi cabeza y hasta tenia pesadillas de Rell con ese tipo.

En ellas, ella me había dejado de amar y estaba con ese tipo, él había tomado mi lugar y juntos habían construido una familia, donde no parecía haber lugar para mí. Cada que esas pesadillas me atormentaban, me levantaba sudando y con un fuerte dolor en el pecho.

Una noche, me levante cerca de las 4 a.m., baje con intenciones de buscar un vaso de agua cuando escuche a dos personas discutir dentro de la oficina de Sebastián. No era mi intención escuchar, pero la curiosidad pudo más que yo. A paso lento me acerque y coloque mi oreja en la madera.

-NO ES TU JODIDO ASUNTO- esa era su esposa, Kate.

-SI LO ES, SON MIS HIJOS, MIOS. KATE-

-¿TUYOS?- escuche como ella soltaba una risa irónica -¿TAN TUYOS QUE DIJISTE QUE JAMAS TENDRIAS HIJOS CONMIGO? ¿TAN TUYOS QUE CUANDO NOS SEPARAMOS, NO PUDISTE ESPERAR PARA ACOSTARTE CON OTRA? -

-No sabes lo que dices-

-NO LO SE, POR QUÉ TÚ NO ME CUENTAS NADA-

-LO HICE POR TU BIEN-

Eso parecía ser más serio de lo que yo creía. Al parecer él no sabía de la existencia de sus hijos, no me imagino el dolor y traición que debió sentir cuando se enteró.

-¿Por mi bien?- ella había bajado la voz -¿a dónde nos ha llevado mi bien?-

-Al menos estas vivas. Pero esto... Kate nunca pensé que serias capaz de hacer esto-

-¿Por qué?-

-Porque si, tú no eres como ese tipo de mujeres, te estas comportando como una...-

-DILO-

-una jodida loca-

Lo siguiente que oí, fue el sonido de un golpe. Y más específico, el de una cachetada.

Acto seguido, escuche que los pasos se acercaban a la puerta, no podía correr a ningún lado por lo que solo me aleje un poco, haciendo como que recién bajaba las escaleras. Lo primero que vi cuando la puerta se abrió, fue a Kate.

El Precio de tu CariñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora