¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho?
Dinero, fama, éxito..
O tal vez... ¿nuestra propia vida?
Fiorella se perdió por darle todo a Patrick,
Patrick perdio a Fiorrella por quererlo todo..
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Tercera persona...
Mientras Fiorella se adaptaba a su nuevo rol de presidente en la empresa que su padre había dirigido por mucho tiempo. Cada día volvía totalmente agotada a su casa donde debía poner su mejor cara y verse fuerte frente a su pequeño quien apenas la veía se largaba a sus brazos para estar con ella.
Ethan no lo sabía porque era pequeño, pero para Fiorella él era la batería que la recargaba día tras día después de haberse agotado en el trabajo.
Por otro lado, Patrick estaba como loco buscando las pruebas que necesitaba junto con su colaborador sin dejar su papel del amante y prometido de Charlotte Fernand. Por el momento había podido evitar que ambos estuvieran usando una misma cama, pero no sabía cuánto tiempo ella se quedaría quieta sin hacer nada. A veces quería soltar todo al demonio y correr a esa casa donde su familia se encontraba.
Jack como observador no participante miraba cada acción de la pareja, sabía que tendría que intervenir tarde o temprano, pero de momento solo vería como se desarrollaba todo. Tenía fe en que esos dos se amaban lo suficiente como para no separarse por los dos psicópatas que trataban de arruinar todo.
Las semanas pasaron y como de costumbre Pat llegó a la oficina luciendo como un muerto, de pasada se detuvo frente a la oficina de su asistente. El tipo estaba en su móvil viendo la pantalla mientras le sonreía y hablaba al aparato —ya extraño a ese dumpling —hizo una mueca —Rell ¿es necesario que viajes a New York? Si me esperaras, podría acompañarte.
La otra voz respondió —Tranquilo solo estaremos allí por una semana, mi padre tenía negocios allí y necesito revisarlos. Además, tengo un evento de la sociedad de empresarios.
—Pero no quiero que vayas sola.
—Tim se ofreció a acompañarme —ese nombre hizo que Patrick hirviera de enojo —él también debe asistir en nombre de su padre.
La conversación acabo y cuando él se disponía a seguir su camino, escucho la voz desde dentro de la oficina —jefe, escuchar detrás de las paredes es de mala educación. —Patrick se asomó en la puerta de su asistente y pudo ver la sonrisa ladina que se había dibujado en la boca de Jack. —¿No tiene nada que decir?
Pat aclaro su garganta —Yo...yo iba de pasada y no escuche nada.
—Seguro, señor. —dejo su asiento tomando su tablet para ir con hombre que lo miraba como un cachorro y darle los informes de la mañana —Tenemos que controlar los diseños que enviaron para los nuevos prototipos de pistolas.
Su jefe asintió —¿Cómo van los asuntos legales?
Ambos comenzaron a caminar hacia la oficina principal—Los abogados estan haciendo todo lo posible para apartarnos de la familia Fernand y dejarlos en la ruina, pero Marcel dijo que tal vez tendremos que meternos en el lodo y hacer cosas por un lado poco legal.
