¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho?
Dinero, fama, éxito..
O tal vez... ¿nuestra propia vida?
Fiorella se perdió por darle todo a Patrick,
Patrick perdio a Fiorrella por quererlo todo..
De ante mano pido disculpas si encuentran alguna inconsistencia, realmente no recordaba si había escrito que tanto Rell como Ethan cumplían años el mismo día. Pero esa fue la idea de esto..
Sigan con su lectura..
Besitos..
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Patrick...
El cumpleaños de Rell estaba a la vuelta de la esquina, y por ende el de nuestro bebé. Estas semanas, las cosas habían mejorado mucho y poco a poco ella parecía acercarse más a mí. Las cosas con el asunto de los Fernand iban a mejor, mis abogados estaban buscando cada vacío legal para que el contrato finalizara a nuestro favor, con la intención de no darles ni un solo centavo a ellos.
También habíamos preparados varios informes para la prensa cargados de todos los disturbios y delitos que Charlotte cometió, los cuales sus padres se encargaron de tapar con dinero.
Casi no dormía en nuestro antiguo hogar, y la habitación de invitados de Rell se había vuelto "mi cuarto" ya que ella aún se negaba a que compartiéramos cama a excepción de cuando Ethan lloraba para que me quedara a su lado.
Mi hijo me era de gran ayuda para reconquistar a su madre. Ese día salí temprano del trabajo ya que teníamos una cena con los padres de Rell donde por fin iba a poder conversar con su papá luego del accidente. Me apresure a conducir a su casa, tratando de llegar antes de que ellos lo hicieran y poder pasar un tiempo con mi mujer e hijo.
Llegue a su casa, aparcando el coche casi en el garaje y baje, caminando a paso acelerado para verlos. En la mañana no había podido despedirme de ellos ya que tenia una junta muy temprano y no quise despertarlos, la falta de esos dos me había puesto de mal humor todo el puto día y ya los necesitaba.
Ingrese a la casa, y como si el universo me hubiera escuchado. Tuve la suerte de encontrarme a Rell con Ethan en brazos bajando las escaleras.
-Hola Papi- ella levanto la manito del bebé.
Suspire, aliviado. Como si su mera presencia fuera un cargador para mí –hola mi niño- camine hacia ellos, desajustando mi traje. Hice el intento de tomarlo, pero me detuve a medio camino –voy a lavarme las manos, ya regreso. Quédense ahí-
Ella solo rió.
Corrí al baño de invitados lavando mis manos y volviendo rápidamente. –Ahora si- lo tome en mis brazos, apretándolo suavemente contra mi cara –dios, te extrañe- le hable a él mientras la miraba a ella.
La castaña se aclaró la garganta -¿Te fue bien?-
-Si, todo va marchando bien, pero sabemos que los Fernand pueden tener un puto truco bajo la manga. Marcel se está encargando de revisar todo exhaustivamente- le comenté mientras besaba y abrazaba al bebé. Su olor se había vuelto mi segundo favorito luego del aroma embelesador de su madre.
