78 días
Las cenas post-entreno parece que van a volverse tradición. No sé si la idea ha sido de Saúl o una de las estrategias perversas de ligoteo de Plex. Perversas y avocadas al fracaso, que parece que de eso no es consciente, pero alguien debería decírselo.
El caso es que él y su amigo el guiri están de vuelta en mi casa. Se supone que Álvaro también va a venir, pero eso está por ver. Como siempre, porque es experto en cancelar los planes a última hora y tengo una ligera sospecha de que este va a ser uno de esos. Y eso que el boxeador y yo entrenamos todos los días, y parecía que nuestra amistad iba viento en popa.
Pero, desde que hemos comenzado a ir más en serio con lo de las peleas que tenemos Plex y yo, ha cogido distancia. Supongo que no querrá entrometerse más de la cuenta o cosas de esas que hacen los hombres y una nunca llega a entender.
—¿Te gustan las aceitunas?—me pregunta el famoso. Estamos los dos solos en la cocina de nuestro pequeño apartamento. La conversación en inglés que mantienen nuestros amigos extranjeros suena de fondo, como si fuera la radio. La radio inglesa, claro.
—¿Qué clase de pregunta es esa?—Es raro, no me jodas.
—Tú responde.— a mí que no me venga con juegos sociológicos de esos, que luego me entra paranoia y no puedo dormir. Igual meter a este chico en casa ha sido una idea peligrosa. No sabemos si es un loco.
También es verdad que el cinturón negro que me certifica como arma blanca me da un poco de paz mental, es decir, que si intentara atacarme estaría neutralizado en segundos. Pero siempre es bueno prevenir.
—Claro que sí. ¿No me estás viendo que tengo en la nevera tres tipos diferentes?—respondo cómo si fuera la cosa más obvia del mundo. Solo le hace falta ser un poco más observador y hacer menos preguntas tontas.
—Perdona que no haya repasado tu nevera de arriba abajo.—se burla.
—Yo sí que te voy a dar un repaso de arriba a abajo.—se ríe disimuladamente ante mi amenaza. Aunque ahora que lo pienso ha sonado más como otra cosa.—¿Para qué quieres saber lo de las aceitunas?
—¿No conoces la teoría de las aceitunas?—niego con la cabeza.—Pues ya sabes que buscar luego.
Será idiota.
—Llévate esto a la mesa y sal de mi vista antes de que te ponga a practicar esos reflejos.—vuelve a reírse mientras sale de la cocina.
De verdad, ¿de quién de los dos ha sido idea de venir a nuestra casa? Me estoy arrepintiendo ya y la velada solo acaba de empezar. No sé cómo voy a aguantar los dos meses y medio de entrenamientos conjuntos que nos quedan.
El moreno vuelve del salón, a esperas de que le de otra tarea. Hoy vamos a cenar Pizza, porque el youtuber necesita subir de peso, está demasiado en los huesos en comparación con el mexicano. Y todo lo que podamos ayudarle en esa tarea va a ser bienvenido.
—Se te va a quemar.—me dice cuando ve que estoy mirando el móvil. ¿Puede dejar de meterse en absolutamente todos mis asuntos? ¿O no?
—No es un niño, no hace falta vigilarla constantemente.—replico. Ni que fuera a abrir el horno y escaparse. Vamos ya lo que me faltaba por ver.
—Vale, vale.—se deja caer en la encimera, para variar.
Me pregunto si es a causa de su altura, pero siempre esta recostado contra alguna parte del mobiliario.
—Voy a mi cuarto a por una sudadera, ahora vengo.—no sé porque le estoy dando explicaciones, pero por el momento me encuentro haciéndolo.
—Voy contigo.—el chico me sigue por el pequeño pasillo hasta mi habitación.—Está chula.

ESTÁS LEYENDO
Vendas | Yosoyplex
FanfictionMía solo sabe descargarse contra el saco. Entre vendas y guantes aparece él, dispuesto a meterse en su mundo. Pero no es tan fácil cuando llevas toda la vida defendiéndote a puños. YosoyPlex - Daniel Alonso | FANFIC