21 días
Daniel me ayuda a llevar los platos al fregadero. Hoy no ha habido noche de pizza, pues estamos a tres semanas de La Velada. Es cuando más hay que cuidar la dieta.
Entre los dos nos hemos apañado para cortar una cantidad suficiente de verduras y luego hemos hervido una olla de pasta. Mientras esta se cocinaba, mano a mano hemos hecho el sofrito.
Jamás pensé que el youtuber y yo seríamos capaces de cocinar juntos. Pero lo hemos hecho, y ni me ha dado un brote de ansiedad ni el se ha pasado la hora haciendo sus bromas absurdas.
Tiene que actualizar su forma de tontear porque es demasiado estilo Grease.
Gran película, aunque no lo vaya a reconocer en voz alta. En público yo soy mas de Fast and Furious.
—Ni se te ocurra.—atrapo su mano antes de que agarre la esponja y se ponga a fregar.—Eso no es parte del entrenamiento.
—Pensaba que estábamos descansando.—comenta, devolviendo el trozo de plástico amarillo a su lugar sobre la pila de metal.
—Nunca se descansa del todo. La vida es un continuo entrenamiento.—pone los ojos en blanco a mi proverbio, estilo asiático.
—Adoro cuando te pones rollo Kung Fu Panda.—lo dice con una voz sensual, y sin poder evitarlo, me mofo de risa.
—¿Eso es un cumplido?—pregunto alzando una ceja.
—Si es hacia ti siempre.—nos miramos un segundo en silencio. Tengo ganas de besarle, y algo me hace pensar que el sentimiento es mutuo.—Bueno, ¿que decías sobre entrenar siempre?
Sacudo mis pensamientos indecentes de la cabeza.
—Ven, acércate.—enciendo el grifo del agua y acerco mi cara al hilillo que cae. Le muestro cómo aunque me salpique los ojos, no pestañeo. No dejo que eso me asuste, así en el momento, tampoco lo hará el oponente.
—¿Puedo?—asiento. Me muevo ligeramente a la izquierda para que Plex pueda ponerse en mi lugar y repetir el movimiento.
Así estamos hasta que domina el movimiento, finalmente, consigue que el goteo no le altere. Permanece impasible a las partículas de agua que salpican sus mejillas y mojan sus pestañas. Otra cosa más que ha dominado.
—¿Qué quieres hacer?—le pregunto cuando le paso la toalla para que se seque la cara. El reloj de el microondas indica que ya son pasadas las doce.
Un día más cerca del combate.
—No sé, podríamos jugar a algo.—sugiere. No es mala idea.
En mi cuarto tengo varios juegos de mesa que Saúl y yo usamos de cuando en cuando, aunque su época de mayor uso fue el comienzo de nuestra vida como compañeros de piso. Antes de salir de fiesta bebíamos siempre jugando a algún juego random de cartas.
El famoso me sigue a través del pasillo hasta mi cuarto. La cama de matrimonio ocupa el centro de la estancia, las paredes están decoradas con alguna foto de mi vida en Valencia, de la convivencia y de trofeos de boxeo. Tengo también un escritorio, la cadena de mi bici tirada en una esquina y un espejo gigante.

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Vendas | Yosoyplex
FanfictionMía solo sabe descargarse contra el saco. Entre vendas y guantes aparece él, dispuesto a meterse en su mundo. Pero no es tan fácil cuando llevas toda la vida defendiéndote a puños. YosoyPlex - Daniel Alonso | FANFIC