epílogo
Una chica como yo, no se merece finales felices. Al menos eso es lo que he pensado siempre.
Cuando pienso en mi historial, en las heridas del pasado y sobre todo en mi muñeca derecha, que es la única cicatriz visible de lo que he vivido, se que en el fondo, estoy donde tengo que estar.
No hay vendas para corazones tan rotos, pero si hay amor, y amistad y cariño para ellos.
No he necesitado una tirita todo este tiempo. He necesitado poder ser feliz, continuar adelante y seguir con mi vida.
Y eso he hecho ahora.
—Te vas a caer al agua.—me grita Saúl antes de bajar las escaleras del barco en el que estamos y meterse en el camarote.
Si, en un barco.
Mi vida ha terminado de volverse una telenovela en los últimos días.
Tras el desenlace del combate, Plex nos invitó a todos a pasar un par de días en la costa Portuguesa y aquí estamos. En un barquito disfrutando del buen tiempo, las vacaciones y el post-estrés de estas semanas.
Y de lo bonito que resulta que es tener pareja.
Siempre me había dado mucho miedo el amor. Cuando conoces la situación de la que viene mi familia, creo que no resulta sorprendente.
Al final, era una historia que temía revivir. Pensaba que lo llevaba en el ADN.
—Mía, ya puedes dejar de hacer sombra.—Plex deja un beso en mi espalda, acariciando el nudo de mi bikini con picardía.
Sabe que si lo desabrocha, me quedo desnuda.
En la proa del barco, mientras algunos duermen y otros saltan al agua, me dedico a boxear conmigo misma. Una no puede parar de entrenar en ningún momento.
El moreno ha cumplido su palabra, y pese a haber acabado la competición, ha seguido entrenando. Aunque con mucha menos intensidad.
Ahora nos dedicamos a hacer otro tipo de cardio.
—Tienes miedo de que nos enfrentemos y te gane.—le pico alejándome de sus manos. Se que como no lo haga vamos a acabar nosotros también encerrados en un camarote.
Y no es plan hacerlo con todo el grupo en el barco.
—Claro que no.—me dice volviendo a acercarse a mi.—Se que es imposible superarte.
—Aléjate de mi, manos sucias.—le acuso.
Camino hacia el borde del barco, en un intento por alejarme de él. Pero no es muy eficiente, pues vuelve a atraparme y esta vez se asegura de agarrarme fuerte.
Su beso es cálido, profundo y demuestra la necesidad que siente. De echo, demuestra más cosas.
—Mía...—suspira en mi oido.
—Necesitas un baño de agua fría.—le respondo empujándole al agua con todas mis fuerzas. Sin embargo, no suelta mi agarre y me lanza con él.
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Vendas | Yosoyplex
Fiksi PenggemarMía solo sabe descargarse contra el saco. Entre vendas y guantes aparece él, dispuesto a meterse en su mundo. Pero no es tan fácil cuando llevas toda la vida defendiéndote a puños. YosoyPlex - Daniel Alonso | FANFIC