39 días
El pulso me tiembla mientras rajo el sobre de papel. Ya sé lo que hay dentro, pero eso no hace ni un poco más fácil desdoblar el folio.
Leo rápidamente las líneas de tinta, no hay nada que no supiera ya. El trece de julio en negrita se mantiene al final de la página.
—¿Mía? ¿No te ibas?—el rubio aparece por detrás. Sus manos me quitan la carta cuando ve que no le respondo.
Hace el mismo proceso. Lee las palabras, repetidas de las otras cartas que ya hemos recibido, y cuando acaba, lo arruga en sus manos y lo encesta en la papelera.
Desde donde está, me envuelve en un abrazo.
—Gracias.—susurro apoyándome en su pecho. Hay veces que aún sabiendo que vas a ganar, el miedo y la inseguridad consiguen hacerse un hueco en ti.
Los pensamientos intrusivos se meten en tu cabeza y ya no hay forma de sacarlos de allí. En las paredes de tu cerebro construyen su casa y se quedan a vivir contigo.
Una metafórica forma de decir que los muy cabrones te dan por culo un par de días hasta que ocurre algo relevante y puedes olvidarlos.
—Sabes que me tienes para todo. A parte de venirte a vivir con el chico más sexy de Madrid, la mudanza también incluía apoyo emocional las veinticuatro horas del día.—con eso me saca una sonrisa.
—¿Quién ha dicho que seas tú el más sexy?—pregunto. Mi mejor amigo me separa de él y me sacude de los hombros. Haciéndome reír aún más fuerte.
—Entra en razón Mía, si no soy yo ¿entonces quién?—sopeso durante un par de segundos. No conozco a muchos famosos de Madrid, pero si alcanzo mi móvil seguro soy capaz de encontrar alguno.—Ya sé. Estás pensando en Plex.
De todos, precisamente ese.
—No.—seca y cortante le llega mi respuesta. Saúl aún no sabe nada del 'incidente' de la otra noche, porque estaba demasiado borracho como para acordarse.
Y yo no me he atrevido a contárselo. Más que nada porque sé su opinión y no me apetece volver a escucharla.
—Mentirosa, ¿por qué has quedado con él entonces?—mierda. Sabía que se me estaba olvidando algo.
Con todo este incidente de la carta se me ha pasado completamente la hora. El youtuber ha traído el perro de Archie, porque necesita pasearlo y me ha pedido que le ayude.
Sólo he dicho que si porque el guiri me lo pidió el otro día y porque el golden es adorable. Mira que soy una chica completamente de gatos, pero ese perro es especial.
Ha dicho también que después podemos correr por la zona de su casa, que se traía el coche. Y ya con eso ha terminado de comprarme.
Según Álvaro deberíamos hacer unos quince kilómetros. Veinte si nos vemos con ganas.
—Es entrenamiento.—le respondo a toda prisa, cogiendo las llaves de la entrada de la casa y mi móvil de la silla de la cocina.
Los mensajes de la pantalla me dejan claro que llego tarde.
—Te libras por ahora, pero cuando vuelvas tú y yo vamos a tener una conversación seria Mía Soler.—es lo último que oigo antes de cerrar la puerta y trotar escaleras abajo.
Su coche me espera aparcado en doble fila. A los vecinos del barrio ya no les sorprende encontrarlo por aquí, al final viene todos los días a entrenar.
El animalito peludo me saluda desde los asientos traseros con un par de ladridos. Daniel lo hace con su famosa sonrisa de oreja a oreja y arrancando el vehículo.

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Vendas | Yosoyplex
Fiksi PenggemarMía solo sabe descargarse contra el saco. Entre vendas y guantes aparece él, dispuesto a meterse en su mundo. Pero no es tan fácil cuando llevas toda la vida defendiéndote a puños. YosoyPlex - Daniel Alonso | FANFIC