Graduación

145 17 72
                                    

KHAI OLIVETTI

«Todo proceso tiene su tiempo», reconozco.

La vida continúa: a veces bajo el sol radiante, otras bajo la tormenta implacable.

Ese día en la playa, donde pude liberar las palabras que me atormentaban, y el fin de semana de camping fueron claves para mi autoayuda. Me desconecté del mundo por completo. Además, la sorpresa que recibí me dejó maravillado. Estaba boquiabierto bajo una lluvia de confeti, música y la luna. El regalo de Hanna fue impresionante, pero el 'te amo' de Ros y la gabardina que me regaló me dejaron en shock, con la piel erizada, el corazón latiendo como un tambor y mi cerebro a punto de colapsar.

Mi respuesta surgió de forma natural y espontánea. Fue fácil decirlo.

Sin embargo, a pesar de estas experiencias positivas, mis preocupaciones persisten al ver cómo mi hermana está siendo afectada por sus propias luchas internas. Ha desarrollado hábitos alimenticios desordenados, sufre de insomnio y experimenta ataques de asma recurrentes. Mamá, nuestro pilar, ha hecho todo lo posible por nuestro bienestar.

Tengo esperanzas de que vamos a mejorar.

—Me llamaron del Buffet, están considerando reincorporarme.

La noticia de mi padre explota la burbuja de ansiedad, y las emociones aludidas se derrumban. Una sonrisa tironea de mis comisuras, y ceso el movimiento nervioso de mis manos. Entiendo lo crucial que es su trabajo para él. Es su pasión, su vida y su refugio, a pesar de la complejidad de su carrera como abogado.

—Esa es una excelente noticia.

Siento una tensión repentina al recordar el sacrificio que supone su vuelta: adiós al viaje que habíamos planeado. Al principio, la idea no me convencía del todo, pero dadas las circunstancias de mi hermana, creo que le beneficiará.

Sacude la cabeza.

—No te preocupes, ese plan sigue en pie —explica, como si hubiera leído mis pensamientos—. Puedo perder y encontrar un trabajo, pero el tiempo en familia es irremplazable.

Mis cejas se disparan.

—¿Entonces qué les dijiste?

—Les pedí unos meses adicionales y que luego discutiéramos el asunto.

Sonrío de lado y él me imita, revelando una complicidad espontánea. Pese a las muchas discusiones en el pasado, nuestra relación padre-hijo ha salido a flote. Creo que poco a poco nos estamos comprendiendo mutuamente.

🔮🔮🔮

Dicen que en la oscuridad siempre hay una luz, y el nacimiento de mi hermanita es la prueba viviente de ello. Recuerdo claramente cómo, hace tres semanas, a las cinco de la madrugada, mamá entró en labor de parto. Estábamos aterrados, pero la alegría al escuchar su llanto y ver su pequeño cuerpo llenó nuestros corazones de felicidad.

Abro despacio la puerta de su habitación cuya decoración incluye lunas y estrellas de láminas en las paredes, y un enorme peluche de oso al lado de la cuna. Además, hay una mesita de noche y un guardarropa rosa a juego.

—Llegó tu guapo hermano mayor. —le dice de forma alegre y cantarina. Mamá deja de amamantarla y me la pasa entre brazos.

—¿Quién es lo más hermoso de la casa? —susurro—.  Tú y tú, chiquita.

La mezo despacio mientras me mira con sus enormes ojos cafés y envuelve con su diminuta mano mi dedo para quedarse dormida segundos después.  El sentimiento que me arropa es tan profundo que no quiero apartarme de ella, pero debo de hacerlo, debo prepararme para mí graduación.

Azares del destino [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora