A las 7 de la noche todo está listo. El tío Keith y las chicas hicieron un buen trabajo con los adornos y guirnaldas. Mamá ya había terminado de hacer todos los dulces y papá llegaba de su vuelo por el trabajo, pero con otra parte del regalo de Casey. Es imposible que él se pierda un cumpleaños. Se nos enseñó desde muy pequeñas que la familia lo es todo y siempre nos apoyamos en las buenas o en las malas.
Mi relación con papá es un tanto especial. Él siempre quiso un varón pero le salí yo. Aclaro que él salió ganando. A pesar de ser menudita y pequeña, soy la única capaz de jugar con él llegando a la parte más grotesca entre puños y patadas. Dice que soy una caja de sorpresas. Al primero que le dé una cachetada, lo mando para el hospital por inflamación y fractura facial.
Al final siempre terminamos jugando y yo dentro en la piscina a punto de ahogarme. Siempre tiene mucho cuidado conmigo por mi miedo. Es algo tonto, pero a mi edad, no sé nadar. Lo he intentado, pero en todas ha sido un fracaso completo. Gracias a Dios que su trabajo solo se limita entre semana y su jefe es tan bueno que le da los fines de semana libres y con 3 meses de vacaciones en el año. Eso no lo tiene cualquiera.
—Papi, al fin llegaste. Creí que no llegarías a tiempo —digo abrazándolo, cuando lo veo atravesar la puerta principal.
—Shh, bajito, Ruth. Le traje una sorpresa a Casey. —Frunzo el ceño por la curiosidad.
—¿Qué cosa? —pregunto, y una media sonrisa se forma en sus labios.
—No es qué, sino quién. —
—¿Está ahí? Déjame ver. —Mi curiosidad aumenta mucho más e intento ver por la puerta.
—Nop. Es una sorpresa para todos... incluyéndote.
—Eres malo conmigo. Yo que siempre te he apoyado. —Cruzo mis brazos en el pecho fingiendo molestia con un puchero en los labios.
—Ya lo sé, mi vida. —Acaricia mi rostro con ternura—. Pero esta sorpresa hasta tú te la mereces. Pon este obsequio con el resto y que tu madre no se dé cuenta o ya tú sabes lo que pasará.
—Me debes una. —Tomo el regalo en mis manos.
—Está bien, mi niña. —Me besa en la frente y voy a la cocina.
—Papiiiiiii —se oye la voz de Casey bajando por las escaleras con rapidez y subiéndose al regazo de papá. Menos mal que ya me había llevado el regalo o me lo hubiera sacado de las manos.
—Hola, corazón. Estás más grande desde la última vez que te vi —dice papá intentando parecer asombrado.
—Eso fue hace dos días –—responde mi pequeña hermana con ingenuidad.
—Ya lo sé, cariño. Pero estás hermosa hoy. ¿Por qué?
—Papá, ¿te olvidaste de mi cumpleaños? —protesta mi hermanita asombrada y medio triste.
—¿Era hoy? Mi amor, perdóname. Estaba tan enfrascado envolviendo tu regalo, que se me olvidó que hoy era tu cumpleaños —añade papá con una media sonrisa.
—¿Cómo a ti se te va a olvidar...? Espera. ¿Estabas envolviendo un regalo? —La risa en la sala fue inmediata. Casey se agarró al cuello de papá—. Eres lo máximo.
Menos mal que papá estaba sentado. Casey se lanzó con tanta fuerza hacia él que lo hubiera lanzado al piso.
—Mi pequeña, ¿cómo crees que me iba a olvidar del cumpleaños de la más bella de esta casa?
—¡Oye! —protestamos al unísono mamá y yo
—Ustedes también son bellas. No se pongan celosas —aclara mi papá sonriendo.
—Espero que ya se pueda partir el pastel ¿no? Tengo hambre —esa voz hace mucho tiempo no la escuchaba.
—¿Sophie? —pregunta Casey, asombrada mirando hacia la puerta.
—Feliz cumple, Cas. —El silencio es súbito. Todos estamos asombrados. Incluso mamá—. ¿Nadie piensa darme un abrazo?
Casey se baja del regazo de papá y fue directo a Sophie. A ella si la lanzó al piso del impulso. Yo me apresuro. No para levantarla, sino también para caerle también encima.
Sophie es nuestra hermana mayor por parte de mamá. Hace dos años que no la veíamos porque estaba terminando sus estudios en el extranjero. Ella, a mi parecer, es la hermana más hermosa del mundo. Carismática, muy fuerte de carácter, cabello color miel con algunas ondas y tiene una voz excepcional. Piel tan blanca que cuando se tiñó el cabello de negro podía hacer el papel de Blancanieves y los 7 enanos fácilmente.
Notas fantásticas en el instituto, graduada con título de oro y mide 1.49. Sip, es más pequeña que yo pero tiene la habilidad de ponerse zapatos de hasta 20 cm. Con eso sube al primer puesto del ranking. Siempre viste a la moda. Tiene muy buenos gustos en ropa y así mismo en chicos. Con 29 años no ha tenido ni un solo novio y muchos se han acercado, pero a todos les da cada esquinazo que hasta a mí me dolería. En resumen: la hermana perfecta hasta para hacer pequeñas travesuras.
—Alguien que me ayude a levantarme. Creo que tengo 3 costillas rotas —comenta mi hermana, todavía en el piso sin parar de reír. El tío Keith nos ayuda a levantarnos. Mamá nos atraviesa y abraza a mi hermana.
—Mi amor, llegaste. Si tu padre me hubiera alertado que venías, tu cuarto estaría preparado.
—Tranquila, mamá. Esta noche duermo con Ruth ¿No hay problema, hermanita? —Niego con la cabeza al instante.
—¿Cuánto tiempo te quedas, Sophie?
—¿Qué te parece si me quedo todas las vacaciones?
—¡Eso es genial! —Nuestra hermana menor salta con emoción.
—Bueno, entonces ya me puedo ir, ¿verdad?
—¡Kade! —Casey grita al escuchar esa voz y mi amigo la carga en sus brazos.
—Hola, muchachona. Has crecido bastante desde la última vez que te vi el año pasado. —Le da un beso en cada mejilla—. Feliz Cumpleaños. Casey.
—Reitero la pregunta. —Todos hacemos una pausa y nuestras caras recae en mi hermana mayor—. ¿Ya podemos partir el pastel? Es que tengo hambre. —Las carcajadas no demoraron en llegar.
—¡Que comience la fiesta! —exclama Leyla con alegría.
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Ojos Traicioneros
Teen FictionLa vida de Ruth es demasiado perfecta. Una familia muy unida y amigas que la apoyan. Parece el cuadro icónico que toda galería de arte quisiera exponer. Un día, su paz se quebró cuando Cupido envió al huracán que siempre arrasa con todo. Intentar en...