Capítulo 32 «Grave error»

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Si hay algo a lo que le tengo miedo. Rectifico. Miedo no es la palabra. Pánico. Esa es. Pues le tengo pánico a freír, pero haría cualquier cosa para no tener que quedarme en la sala. Varias veces el aceite salpica, pero siempre logro alejarme a tiempo, pero todo tiene su tiempo límite.

—¡Ay! —grito con dolor.

—Ruth, ¿qué pasó? —pregunta Emily asustada por mi chillido.

Mi madre al momento se da cuenta. Saca el pollo del sartén y lo coloca en un plato cercano.

—Le cayó aceite caliente en el ojo —explica mamá y me acerca al fregadero con suavidad—. Échate agua, cariño.

Emily busca una bolsa con hielo y la presiona sutilmente en el ojo izquierdo.

—¿Cayó dentro del ojo? —niego, pero arde bastante—. Gracias a Dios fue superficial. —Presiona con suavidad—. Esto evitará la hinchazón, mi niña. O lo dejes demasiado tiempo o el frío del hielo puede quemarte aún más.

El dolor no era tan punzante como saber que mi madre había escuchado gritar y salió desprendida para ver cómo estaba y Max no se había inmutado en levantarse del sofá para al menos saber qué había pasado.

Me quito la bolsa de hielo del rostro con furia y me dirijo a la sala. Exactamente hasta el sofá. Él tenía puestos los auriculares. Es por eso que no escuchó. Al verme, se sienta y frunce el ceño.

—¿Ocurre algo? —pregunta de forma casual, como si no viera nada. Tengo el ojo rojo a tal punto de que el ardor es insoportable.

—Solo me quemé el ojo intentando freír tu plato fuerte —comento entre dientes.

—No es nada grave —dice con despreocupación y regresa a su móvil.

«¿En verdad acaba de decir eso? No. Es imposible», Su indiferencia me golpea con fuerza y me pongo los pies en la tierra.

Sigue siendo el mismo imbécil y tarado de siempre. No ha cambiado. Fui yo la que puse la venda en mis ojos. Los hombres no aprenden. Cuando una mujer grita en la cocina, lo que necesitan es preocupación de las personas que le quieren.

Max me acaba de mostrar que aún no estoy ni cerca de su corazón. ¡Soy una idiota ilusa! A lo mejor son berrinches míos por ser una adolescente, pero cuando se está herido de amor, como es mi caso, cualquier falta de cariño y despreocupación influye grandemente, y eso es lo que pocos saben entender.

No quiero pensar que estoy teniendo algún síndrome de dependencia emocional, porque mi madre y Emily corrieron y se preocuparon al instante. ¿Será algo implícito en la mujer o es que el hombre no lo ve como algo inusual?

Salgo de la casa y tiro la bolsa de cielo en la basura. Gucci salta al asiento a penas abro la puerta. Enciendo el auto, el cachorro cruza al asiento del copiloto y arranco sin mirar atrás.

Mi madre ha timbrado a mi celular varias veces desde que salí de allí, pero la impotencia es tanta que solo quiero agarrar un saco de boxeo y caerle a golpes hasta que toda mi rabia se vaya. Le mandé un mensaje que había perdido el apetito y que ya estaba en casa a salvo. Dejó de llamar.

Al terminar el baño, noto el enrojecimiento en mi párpado izquierdo, cerca de la nariz y bajo el ojo. El ardor ha disminuido, pero es bastante molesto ya que el párpado está medio hinchado. Espero que esto no deje alguna marca.

Al salir del baño, escucho el ronronear de un auto que conozco demasiado bien. por la ventana de mi habitación veo como las luces del auto de Max se pagan. Mamá se baja del vehículo y camina con paso rápido a la casa. Sabe que en estos momentos no tengo el mejor de los ánimos y que existe la posibilidad donde él salga de aquí al menos con un moretón nuevo.

Ojos TraicionerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora