—Esto tiene que ser una broma.
—Estoy en carne y hueso. Hola, hermanita.
—No me lo puedo creer, hermano. ¡Qué alegría verte! —Salgo del auto y me lanzo a su cuello.
—Yo también estoy contento de verte. Ruth, necesito que me sueltes un poco. Me estás ahogando. —Suavizo el abrazo y escucho como respira con profundidad—. Así está mejor
—¿Qué haces aquí? —Entrelazo su brazo con el mío y salimos del garaje.
—Tu madre me llamó. —Pongo los ojos en blanco. Debí suponerlo—. Hace unos días le llamé preguntando por ti. Me dijo que estabas en la ciudad y decidí darte una visita.
—Kara nunca pierde la oportunidad.
—¿No te alegra que esté aquí?
—Déjate de boberías. Claro que sí ¿Qué tiempo te quedas con nosotros?
—Me quedo hasta el domingo. ¿Te parece bien?
—La idea me encanta.
Entramos a la casa por la puerta de la cocina y subimos. Yo estaba cansada emocionalmente y Kade por el viaje. Así que nos pusimos de acuerdo para mañana dar una vuelta y así conversar.
A la mañana siguiente, Kade y yo salimos a dar una vuelta como habíamos acordado. Me contó todo lo que había hecho en estos últimos meses y planeaba pedirle matrimonio a Lisa el año próximo. Tuvo que posponerlo por razones que no me quiso comentar pero lo importante es que les va bien a ellos como pareja y en el grupo.
—¿Has sabido algo de Scott? —pregunta, de forma repentina.
—Hablé con él ayer en la mañana. —Sus ojos se abren bien grande—. ¿Por qué la sorpresa?
—Por nada.
—Miéntele a cualquiera menos a mí, compañero. Puedes hablar con tranquilidad y sin pena. ¿Cuál es el problema?
—Es que —Hace una pequeña pausa y pasa la lengua por sus labios—, respondiste tan casual que me tomó desprevenido. Nosotros no sabemos de él a no ser que le preguntemos a sus padres.
—Ayer me dijo que estaba bastante bien. Le va súper bien en el internado.
—¿Hablan todos los días? —Asiento—. ¿A Max no le molesta?
—Al principio, pero como al final estoy en la beca y no sabe que Scott me llama y me escribe al e-mail, no tiene razón alguna para enterarse o molestarse por esa tontería.
—Cuidado, ángel. Eso puede traerte problemas.
—Puedes quedarte tranquilo. Eso ya lo discutí con él y al final decidí no hablarle más de ese tema. Además, son solo correos sin importancia. Incluso pensé en cómo me sentiría si él hiciera lo mismo.
—¿Qué conclusiones sacaste?
—Mientras sean cosas en plano no personal, no hay problemas. Por lo menos para mí.
Su silencio me resulta extraño.
—Ángel, no me gusta lo que estás haciendo.
—No lo creo. ¿Tú también?
—Es que lo veo muy extraño. ¿Si Max hiciera eso, en verdad no te resultaría raro?
—Ya te dije que no, Kade. El pasado ya está superado. Scott y yo hablamos como simples amigos. Nada más.
—Tú sabrás lo que haces.
Su escueta respuesta esconde algo más, pero decido no hablar más del tema. Los días de la semana no me alcanzan para hacer todo lo que tenía planeado, pero el lunes ya debo regresar, aunque no quiera. Max me deja en la estación de autobuses.
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Ojos Traicioneros
Teen FictionLa vida de Ruth es demasiado perfecta. Una familia muy unida y amigas que la apoyan. Parece el cuadro icónico que toda galería de arte quisiera exponer. Un día, su paz se quebró cuando Cupido envió al huracán que siempre arrasa con todo. Intentar en...