Capítulo 19 «Levantar vuelo»

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Al llegar a casa, encuentro a mi madre atareada.

—Ya llegué —anuncio al entrar por la puerta de la cocina.

—¿Tienes hambre? —pregunta con la cabeza metida en la nevera.

—Estoy bien. Comí en la cafetería —explico y me acomodo en una de las sillas de la cocina.

—Estás en casa temprano hoy. —Cierra la tapa de la nevera y se recuesta con la cadera—. ¿Terminaste los preparativos con las chicas?

—Ayer habíamos dejado todo listo. Hoy fuimos al instituto para revisar los últimos detalles y ver cuando eran los días de los exámenes.

Mi madre coloca algunas verduras en la encimera.

—¿Exámenes? Mi amor, te veo con el cabello en el piso de nuevo. Creo que debo ir al supermercado por más bolsas de café.

—Por eso no tienes que preocuparte, mamá. Todos los que participamos en los preparativos estamos convalidados. La semana entrante solo voy a entregar los libros del semestre.

Mi madre suspira en señal de alivio.

—Menos mal. Me veía igual que la vez pasada. Comprándote los paquetes de café instantáneo y haciendo galletas a la medianoche.

—¿Te acuerdas para el examen de Álgebras?

—Como olvidarlo. Aprendí más de Álgebras que cuando yo estaba en el instituto.

Después de reír y recordar buenos tiempos, me percato que no hay nadie en casa.

—¿Dónde están todos? No se escucha ni una mosca.

—Tu padre debe de llegar mañana. Su vuelo se canceló por problemas técnicos.

—¿En serio? Yo que quería jugar en la Xbox con él. La semana pasada me aplastó completamente y quiero la revancha, —Ella ríe a carcajadas.

—Cuando me llamó me dijo lo mismo. Dice que te prepares. Cuando llegue te va a mandar al hoyo otra vez.

—¡Uy, si! —añado con ironía—. Dile que para cuando él llegue, yo voy a estar bien cerca de la meta. ¿Dónde está Kade? No vi su auto en el garaje, y tampoco escucho la voz de Sophie en toda la casa.

—Tu hermana se levantó bien temprano y salió con sus amigas. Dejó dicho que iba a llegar tarde y él salió en su auto pero no me dijo nada sobre a dónde iba o cuándo regresaba. Tú lo conoces. Sabes que es un alma errante.

—Para ser viernes todos están ocupados, incluso tú. Estás haciendo más comida de lo usual. ¿Tenemos visita esta noche?

—Eres muy observadora. La respuesta a tu pregunta es sí. —Termina de cortar los tomates y la lechuga—. A mi trabajo llegó una compañera nueva y coincide que son los vecinos que están remodelando la casa de la que te conté.

El día después del cumple de Casey la llevaron al parque de diversiones y al regresar notaron que una compañía de construcción estaba reparando la casa que estaba cerca de nosotros

—¿A qué hora llegan?

—Les dije como a las 7 —explica mi madre sacando el pollo de la nevera—. Ruth, hazme un favor, pon esto a descongelar mientras selecciono el arroz para esta noche.

Agarro el pollo envuelto en una capa gruesa de hielo, lleno el fregadero de agua tibia y sumerjo el pedazo de hielo con carne en ella.

—Mamá, voy a darme un baño y bajo para ayudarte a terminar la cena.

Asiente sin mirarme y subo las escaleras con paso lento. Ya en el baño me sumerjo en la tina. Estoy tan agotada, que cierro los ojos para descansar, pero otro recuerdo se cuela en mi mente.

Ojos TraicionerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora