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Bucky soltó lentamente los documentos que traía en las manos, mirando a Tony de forma inexpresiva pero con la mirada cansada. Se notaba de lejos que no había dormido, y además, que sus últimas interacciones con Tony no le hacían ni pizca de gracia.

Tony ordenó a FRIDAY que no dejara a nadie entrar a la sala de entrenamientos y aunque eso puso en alerta a Bucky, no lo exteriorizó.

—Me encantaría hablar contigo, pero estoy ocupado. —le señaló los cuadrantes de los entrenamientos, hablando casi con molestia.

—¿Puedes escucharme? Steve está en el ala médica, ¡sedado! Tiene una úlcera por tu culpa. —le gritó, levantando el puño. Vio que este era minúsculo al lado del bíceps de Bucky y lentamente lo retiró.— estás fuertecito... —le dedicó una sonrisa ansiosa mientras se alejaba.

—¿Una úlcera? —le preguntó aún sin terminase de creer lo que le decía.

—¡Sí, del estrés! —volvió a exclamar Stark con dramatismo.— ayer en la madrugada estábamos hablando y de repente me escupió sangre. ¿Sabes lo traumático que es ver a mi marido escupir sangre como una fuente? Manchó los presupuestos de este mes, un desastre. Ahora tengo que obligar a Peter a que los haga otra vez.

—Dios mío, ¿pero está bien? —terminó de dejar todo el papeleo atrás y dio pasos rápidos a la puerta de salida, Tony lo paró.

—Sí, está estable... Más o menos. Necesita descansar, así que Los Vengadores estamos en servicios mínimos hasta nuevo aviso. —se alejó un poco de Bucky y abrió el archivo tangible que salvaguardaba unos documentos que le quería enseñar a Bucky. Este alzó una ceja, olvidándose por un momento de Steve.

—¿Eso qué es?

—Mi plan de futuro perfecto en el que debes colaborar o tendremos una guerra cruenta en la que solo sobrevivirá FRIDAY. —le explicó con una sonrisa falsa y un tono casi cínico.— he estado mirando universidades para mi niña, para que siga sus estudios... —se acercaron a una mesa de la sala de entrenamientos y, tomando asiento juntos, sacó del portafolio una serie de folletos de algunas universidades.— he hablado con muchos rectores y he tenido miles de millones de emails aburridos y cordiales, pero han aceptado a Carey en todas las universidades de la Ivy League. Se pelean por tenerla, incluso Oxford se puso en contacto con mis agentes para tratar traerla de vuelta... ¿Sabes lo maravilloso que es eso?

Bucky miró aquellos folletos coloridos, que reflejaban nombres como; Columbia, Harvard, Yale... Y sintió que se le hacía un nudo en la garganta. A veces se le olvidaba que su mujer tenía la edad que tenía y que encima, ella era brillante, aunque fingiese que no para no hacerle sentir inferior, Carey y él no estaban en el mismo nivel.

—Es maravilloso, sí... —murmuró, sintiendo de nuevo un vacío en su pecho que hacía un eco ensordecedor en su mente. Ya entendía que en la vida de Carey, él no cabía.— será una doctora maravillosa, ojalá no vuelva a Oxford pero...

Tony sacudió la cabeza, mirándolo entre mal y ofendido.

—¿De qué diablos hablas? Carey no seguirá en Oxford y mucho menos en medicina. Ella estudió eso porque le pedí yo expresamente que no estudiara nada que tuviera que ver con física, robótica o ingeniería. La quería alejar de Los Vengadores, de que intentase ser Iron Man, ya sabes. —hizo un ademán con las manos, suspirando al recordar cómo sin querer había hecho infeliz a su hija.— pero ahora ella es vengadora, una agente. Tiene su armadura y su propia identidad. Me llegaron a mis oídos que en la calle la llaman The Dame of Liberty. —comentó con orgullo y sacó un pequeño recorte de una revista, en la cual había unas fotos de la armadura de Carey.— la prensa estuvo rápida... Pero mira, en este artículo de diciembre dice que es un híbrido perfecto entre Steve y yo. Tiene mi armadura pero con los colores de la estatua de la libertad. ¿No es genial?

Who is? | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora