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Bucky analizó la imagen por unos segundos. Su expresión triste se fue arrugando poco a poco a una expresión de enfado, volviendo a su actitud ácida y gruñona de siempre. De pronto, sus ganas de reconciliarse se volvieron en unas ganas de venganza. ¿Cómo podía ser que siempre era él el que sufría y a ella siempre la veía rodeada de chicos? Estaba harto. Quizás, si le diera de su propia medicina, se arrepentiría de lo que le hacía y volvería ella sola.

—Mierda, ya estoy pensando con la lógica de Lucas. —se dijo a sí mismo. Lucas siempre era el de las ideas radicales, ilegales e irracionales, él solía ser más consecuente y tranquilo. Pero por alguna razón, a Lucas le iba mejor y a él bastante peor. Quizás, haciendo uso de su identidad en los vengadores, lo que debía hacer era eso... Vengarse.

Tomó un par de respiraciones profundas para calmarse, todas ellas disimuladas, y se acercó a ellos. Inexpresivo como siempre, gruñón y cansado, pero para nada celoso. No al menos en el exterior.

—Agente Parker. —llamó a Peter, utilizando ese tonito de voz que usaba cuando trabajaba. Ese tan solemne que ya decía que él era un superior.— creo recordar que firmaste las nuevas regulaciones de Los Vengadores, ¿no?

Peter, que no entendía qué le quería decir, asintió lentamente.

—Entonces, sabrás perfectamente que queda completamente restringida la entrada a las habitaciones ajenas a no ser que se te haya sido concedido un permiso o que tengas una relación directa y formal con la otra persona. —explicó Bucky casi de memoria el nuevo artículo de la regulación del equipo, ese que habían añadido por su culpa.

—Bueno, no tengo un permiso, pero estarás de acuerdo en que...

—Yo no tengo que estar de acuerdo, Peter. La norma es la norma, y aunque me duele en el corazón, me temo que esto es una amonestación. —de su cinturón, en el cual también solía tener su acreditación, agarró una pantallita que tanto él como Steve y Tony tenían. Con este aparato los directivos escaneaban las acreditaciones y ponían amonestaciones, sanciones, ascensos...

Peter abrió la boca con sorpresa y agarró con fuerza su acreditación. Le parecía muy injusto porque sabía que lo hacía por celos.

—¿Qué? ¡No! Esta sería mi tercera amonestación, y todas puestas por ti. Es injusto.

—Ah, sí. Tienes razón... ¿Tres amonestaciones era, si mal no recuerdo, suspenso temporal de empleo y sueldo, verdad? —le sonrió con resignación, sacando otra mueca de sorpresa y desagrado en Peter.

—¡Bucky, yo no te he hecho nada! ¡Carey, dile algo! —exclamó con urgencia, mirándola con desesperación.

Carey miró mal a Bucky y trató de poner una mano en su antebrazo, pero este se la apartó con rapidez, casi como si le quemara.

—Agente Stark C, no puede tocar o agredir a un superior. —le dijo Bucky aún con esa sonrisa que solo indicaba que quería hacerla molestar.— si tiene alguna queja con el reglamento tiene el buzón de quejas y sugerencias, su queja será tratada en el próximo meeting que es... —miró la pantalla de su teléfono.— en dos semanas. ¿Le parece bien?

—Bucky, te estás comportando como un idiota. —le dijo ella con rabia y él asintió, agarrando su acreditación para ponerle la amonestación.— ¡Bucky, que soy tu mujer!

—Y yo un profesional en mi trabajo. —contestó con calma mientras terminaba de poner la sanción leve.— además, ex mujer. —le corrigió con una sonrisa forzada. Quería hacerle daño, que se sintiera como él se sentía. Estaba harto de tener miedo a perderla todo el rato y que ella viviera en tranquilidad.

—Pero... –gruñó ella mientras le empujaba.— ¡aún estamos casados, maldito idiota!

—¡Sí, eso, grítalo para que todos se enteren! —le gritó él de vuelta antes de separarse y danzar de un lado a otro mientras gritaba.— ¡Carey Stark, la hija de Tony, está casada conmigo! ¡Peter es una tapadera!

Who is? | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora