72

216 33 13
                                    

Carey tomó el teléfono con miedo y lo puso en su oído, escuchando solo una respiración lenta y pausada. Miró a Alan con miedo y este le hizo varios gestos para que colgara, pero ella trató de decirle, también con gestos, que no era buena idea.

Tras varios segundos más de completa incertidumbre e incomodidad, por fin una voz masculina carraspeó del otro lado de la línea.

—Carey... —y ese acento francés la calmó y a la vez le dio una nueva preocupación. Era Jerome, pero lo malo es que otra persona podía saber de su embarazo y no le gustaba.— te llamaba porque Bucky quería saber si sabes cuánto va a durar tu entrenamiento más o menos.

—Jerome. —saludó ella nerviosa, comenzando a morder las pieles de alrededor de sus uñas.— yo... Creo que cuatro semanas o cinco, ¿por qué?

—No... Nada, es que estamos haciendo algunos planes y era para organizarnos mejor. Con más tranquilidad.

Entre ambos había una incomodidad bastante notoria, eso ya le decía a Carey que Jerome sí o sí había escuchado algo. Sin embargo, el hombre decidió no ser invasivo y limitarse a hacer lo que Bucky le había pedido.

—Jerome...

—¿Sí, Care?

—No digas nada, por favor.

Jerome hizo una pausa y disimuló su sonrisa para que Bucky, que rebuscaba en los cajones de la cocina, no se diera cuenta.

—No te preocupes cariño. —le respondió tratando de calmar cualquier atisbo de preocupación o duda.— y felicidades... —miró a Bucky que parecía ahora interesado en la conversación y con toda la calma del mundo añadió.— ... por tu nuevo puesto como capitana.

Carey le agradeció infinidad de veces y con un gran suspiro colgó, girándose para mirar a Alan que parecía que iba a explotar también de estrés.

—Carey, si esto no es señal de que se lo debes contar a Bucky ya...

Carey hizo una mueca y tomó una almohada para golpear a Alan.

—Mi bebé merece un anuncio en persona, no una triste llamada. Además, si se lo digo a Bucky se va a presentar aquí y se terminará peleando mínimo con Steve. —se sentó, de nuevo acariciando su abdomen con cariño.— y el doctor me dijo que tenía que estar lo más tranquila posible, así que así pretendo estar. Necesito que el bebé esté bien, si le pasará algo, si yo lo perdiera...

Alan la miró y asintió, finalmente dándole la razón y abrazándola con cuidado. Entendía la excesiva preocupación de su hermana, lo había pasado tan mal con ese tema que era natural que quisiera que todo saliera perfecto.

—Vale, bien. Embarazo tranquilo. Me lo apunto.

—Cuando ya se lo diga a Bucky y ya se note más se lo diré al resto. De momento prefiero mantenerlo en secreto y que los comentarios de la gente no me afecten.

—¿Qué te pueden decir que te afecte? Si todos son súper raros, no hay ni uno normal. —exclamó Alan con completa sinceridad.— además a ti nunca te afecta nada, no dejes que Peter y sus celos te dañen.

Ay, Alan... Pero últimamente todo me hace llorar más y todo me afecta más. —se quejó ella con una vocecita que hizo que Alan la volviera a abrazar. Ella creía que su situación con Bucky o que la misma inyección de súper soldado la había afectado tanto que ahora lloraba por todo... Sin embargo era el embarazo y sus hormonas, lo que la hacía estar más tranquila al tener una explicación lógica a sus sentimientos exagerados.


Los días y semanas pasaban, y Carey llevaba cada vez peor estar separada de Bucky. El equipo era completamente reacio a dejarse gestionar por ella y sus constantes peleas con Peter la hacían llorar como una niña por las esquinas. Steve quería ayudarla, calmarle el estrés de alguna forma e intentar hacerle entender que separara el trabajo de su vida personal, pero ella no podía. Sentir que le caía mal a todo el mundo o que nadie la quería ahí la hacía sentir mal y solo quería lloriquear todo el rato.

Who is? | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora